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De las devaluaciones empobrecedoras: A unos Estados Unidos de Venezuela en libertad y prosperidad














Guillermo Rodríguez G.





3erPolo
















“...el estatismo es profundamente inmoral e injusto,
y no sólo ineficaz a sus fines declarados;
el liberalismo es moral y justo, porque erradica la miseria
y difunde el bienestar..

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Era obvio que se produciría una devaluación del tipo de cambio oficial. Estaba anunciado en los cálculos del presupuesto 2005. La pregunta era únicamente: ¿Cuándo y como?. Para este “ajuste” en particular, afirmé muchas veces, que sería más pronto de lo esperado. Por el método tradicional de alzar en poco más de 10% el valor del dólar oficial.

Pero es obvio también que eso no será suficiente para que el gobierno pueda, crear de la nada, la cantidad de bolívares que requiere otro año de gasto público creciente.

Diseñado, como está, su gasto en función de objetivos político-electorales. No sólo internos. También, (con mucho peso “político” y “geoestratégico” revolucionario) externos. En el avance, y fortalecimiento del neo-izquierdismo globalizado. Eso requiere gastar más  bolívares... y dólares. Al ver que la nueva devaluación es de 10,40%, mientras que la inflación oficial del 2004 fue de 19,2%, vemos que la necesidad del gobierno por crear más bolívares con los mismos dólares... no se satisface completamente.

 

LA MISMA HISTORIA

 

La mejor respuesta inmediata fue la de un destacado miembro del movimiento Liberal Libertario RESISTENCIA CIVIL,  Larry Nieves, quien escribió en “El Liberal Venezolano”, “Imagine usted que de la noche a la mañana usted decidiera que necesita 10% más de ingresos. Así que de la noche a la mañana decide que por cada 100 Bs. que tiene va a crear 10 Bs. más. Así no más. Pues bien, eso es lo que acaba de hacer el gobierno”

 

Cuando el dólar andaba aún por los 1.600 bolívares, en los primeros tiempos del actual control de cambios, explicaba yo que: “Al afirmar que la devaluación en Venezuela es una transferencia de valor de la gente al Estado, lo que se dice es que siendo PDVSA -la fuente fundamental de divisas en Venezuela- propiedad del Estado, cuando los gobiernos gastan de más, -lo que para gobiernos izquierdistas es lo mismo que formular un presupuesto- pueden devaluar para cubrir su déficit de moneda local. Generalmente vemos que el gasto es en bolívares y el ingreso en dólares.” Eso ha sido desde el “viernes negro” hasta la fecha.

Y será así en tanto el gobierno socialista “de turno” sea propietario de la inmensa mayoría de los dólares que ingresan en la economía. Y tenga la tiránica autoridad de decretar controles de cambios, para entorpecer y encarecer, el acceso de la gente común a otras divisas diferentes de los bolívares, que infla y devalúa, para transferir su déficit hacia la población.

 

EL SIGUIENTE PROBLEMA

 

Esta devaluación no les será suficiente para transferir todas las perdidas, del gobierno a la población, por varias razones:

 

En el corto plazo:

 

1) No cubre el diferencial de la inflación “oficial”. Cosa indispensable, según la “sabiduría académica” de los economistas serviles del estatismo colectivista... Y en función del interés del Estado, contra el de los individuos, tendrían “razón” en eso. Pero lo pueden lograr con devaluaciones complementarias, abiertas o disfrazadas. Es obvio que vendrán. La pregunta nuevamente es: ¿Cómo y cuando? Estimo que primero disfrazadas, en operaciones de crédito público. Pero si algo impedirá que se cubran tales “diferenciales” en todo futuro, “corto plazo” será una tendencia “estructural” (de largo plazo) hacia el aumento de la participación, directa e indirecta, del gobierno en la economía, y por ende, de su tamaño y gasto.

 

2) Jorge Rodríguez, el presidente de Mercal (no el jefe del poder electoral revolucionario) ya declaró al diario El Universal (edición electrónica del 3-3-2005) que sería necesario aumentar los precios de la cadena de expendios de alimentos gubernamental. Seguramente no habrá tal aumento en lo inmediato. (Y quizás se reformulen con “explicaciones o protestas” las declaraciones del funcionario) En la práctica es irrelevante, si venden “a perdida” las perdidas se cubrirán del presupuesto público. Y los gastos del gobierno al final los paga la gente con inflación y devaluación. Es un asunto de tiempo. Se paga el aumento hoy, en precios de productos de Mercal, o mañana en un aumento mayor. Posiblemente de “otros” precios. La cosa es que el 40% de la población está comprando alimentos en una cadena gubernamental que puede venderlos “a perdida”. Mientras un café “servido en barra” subió aproximadamente 60% en los últimos cuatro meses. La próxima vez que algún economista le hable de inflación “represada”, ya sabe de que se trata en realidad.

 

En el mediano Plazo:

 

1) El Gobierno Venezolano, no ha reducido su deuda externa, aprovechando la coyuntura de unos altos precios petróleos. Ha “corrido la arruga” cambiando deuda de cercano vencimiento, por deuda de mayor plazo. Si sumamos los intereses que se pagarán durante los años adicionales. (Cosa que se les “olvida” considerar a quienes  sacan  cuentas sobre los crecimientos de la deuda). Aún con tasas de interés inicialmente menores. La deuda real es mucho mayor. (Si Ud. debe 100 dólares al 10% de interés, con vencimiento al año. Su deuda total, en realidad sería de 110 dólares. Pero sí practica la “ingeniería financiera”, Y transforma eso en una deuda de 100 dólares al 5% de interés, con vencimiento en diez años. Su deuda total, en realidad sería de 150 dólares. Como la realidad sigue siendo una sola, 150 es más que 110. ¿O se creería Usted que alguien tiene “su” realidad propia, en la que 110 en más que 150?)

 

2) El mismo Jorge Rodríguez informó al mismo diario que: “En Mercal los consumidores pueden encontrar hasta 200 productos de los cuales la mitad son importados. La posibilidad de incrementar el componente nacional va a depender de que aumente la calidad. Por ejemplo, el consumidor prefiere el pollo brasileño porque tiene un contenido de agua mucho menor al nacional; igual pasa con la mortadela y la margarina, que también vienen de Brasil”.  Y es imposible que lo que resulte del “Combate al latifundio”; consigna populista, que cubre lo que en realidad es la sustitución de la propiedad privada en el campo, (que ya el paleo-izquierdismo adeco ya había hecho precaria con su fracasada “reforma agraria”) por una forma más precaria de propiedad colectivista servil, en cooperativas estrechamente controladas por el gobierno (que en un alarde de proteccionismo renovado se titula “desarrollo endógeno”) sea capaz de cubrir tales expectativas. Sí es producción nacional “endógena” será tan costosa, protegida de la competencia foránea, y de similar calidad, de la de los “empreliticos” puntofijistas de la “sustitución de importaciones”. Y en un sistema en que el Estado ejerce un control administrativo arbitrario del sector externo de la economía. Las dos soluciones estatistas para ese problema son “inflacionistas”.

 

 

En el largo plazo:

 

1) El gasto público ha sufrido un cambio de magnitud importante durante el período revolucionario, pues  en 1999 arrancó en 18.8% del PIB y lo presupuestado para este año sería 31% del PIB. Otra cosa nueva es que ahora el “gasto ocasionado” es predeciblemente mayor al presupuestado. Así que pudiera sumar por ahí, entre 3 y 5 puntos extra del PIB, en un escenario moderadamente optimista de crecimiento del mismo. (El PIB por habitante ya sería otra historia) Así las cosas. No importa que los ingresos petroleros crezcan por la vía de los precios. Simplemente el gobierno está creciendo, más y más rápidamente, de forma sistemática y sostenida. Y así no hay ingreso extraordinario que no se consuma en tal crecimiento. Más bien, es sólo por los altos ingresos extraordinarios, que no se ha aumentado la deuda (interna y externa) en magnitudes alarmantes. (Respecto de sus montos históricos, ciertamente altos) Por ahora. Y si afirmo que se trata de una tendencia que se mantendrá en el largo plazo, es porque lo que se está poniendo en práctica es: “La Agenda Alternativa Bolivariana”, y eso, fue siempre un plan de incremento del grado de estatismo colectivista, diseñado en función del largo plazo.

 

2) El gobierno revolucionario ha iniciado una peligrosa política de colocación de divisas en títulos, de muy dudoso valor futuro, emitidos por sus aliados neo-izquierdistas. Me temo que no será un “caso aislado”, la anunciada compra de bonos de la deuda Argentina por 500 millones de dólares. Según canciller de Kirchner: "Se habló de la posibilidad de que países excedentarios de divisas adquieran bonos de deuda de otros países, concretamente Venezuela respecto de Argentina". ¿Excedentes” de divisas del gobierno de Venezuela? Primero. Hay un control de cambios que impide (o al menos dificulta y encarece en extremo) para el venezolano común, transformar  ahorros en divisas que mantengan, razonablemente, poder de compra. Y sólo de segundo. Altos precios del petróleo, que no son “eternos”. Es preocupante la colocación de reservas internacionales, en bonos emitidos por un gobierno “maula y marrullero”. Culpable de un incumplimiento, (que ha durado años, ocasionado multitudinarias manifestaciones de repudio ante las embajadas Argentinas, en Holanda e Italia, por miles de modestos ahorristas estafados). Incumplidor por 102.600 millones de dólares (incluyendo intereses vencidos). Y "oferente" del canje de esas acreencias,  por otras con un moto total de apenas 41.800 millones. Con la “voluntad soberana” de no pagar absolutamente nada para quienes no aceptaran “renunciar a los fuertes que prestaron, para recibir una dudosa promesa de pago por lochas. Sumemos eso con, los crecientes trueques (de gobierno a gobierno) de petróleo por productos y servicios, que se han señalado (desde los  tiempos de la adecocracia, en que también se practicaban) por presunta sub-valoración del petróleo venezolano, y sobre valoración de productos y servicios “aliados políticos”. Y que sea precisamente la revolución Venezolana la que “corre en ayuda” de Rodríguez Zapatero, y su promesa de rescatar el quebrado astillero gubernamental español Izar, con la anunciada compra de Corbetas. (Y no es que con la situación las fronteras venezolanas, dentro y fuera, no se justifique la compra de armas) Es que la visión política estratégica de la revolución, en sus negocios “de gobierno a gobierno”. Y hay muchos más ejemplos. Genera infinidad de dudas, entre otras cosas, por su parecido con los desastres de similares políticas (para la República, no para los “negociantes) durante la “cuarta república”. Visto todo en el contexto de la estrategia neo-izquierdista globalizada. El riesgo financiero, es potencialmente enorme, para la República, y con ella, para los capitales, ahorros, ingresos, y esperanzas del futuro... de los venezolanos comunes.

 

LA SOLUCIÓN REAL

 

La solución real es un programa completamente contrario, tanto del socialismo paleo-izquierdista “de cuarta” (incluido ahí el neoliberalismo “paqueterico” que fue exclusivamente un intento de continuar el socialismo, por otros medios), como del socialismo neo-izquierdista, “de quinta”. Necesitamos una revolución liberal, que comience entregando su acción de PDVSA a cada ciudadano, para lo que tenemos que desmontar la totalidad del edificio jurídico, económico, y sobre todo conceptual, de todas las izquierdas venezolanas. Y lo sustituirlo con un pueblo, moral, conceptual y materialmente fortalecido; y un Estado concentrado exclusivamente en sus funciones naturales, dramáticamente reducido en gasto y tamaño. Con eso es posible desarrollar una política de “transición monetaria” que reintroduzca el bolívar de oro (para empezar) elimine la posibilidad legal del control gubernamental del sector externo (prohibiendo constitucionalmente los controles de cambios, y de precios, incluso durante los “estados de excepción”). Pagando gran parte del principal de la deuda externa, e interna (quizás toda) con la liquidación del 50% de los activos mercantiles del Gobierno. Para eliminar definitivamente el oneroso costo de los intereses que han representado hasta el 40% del ingreso fiscal ordinario, con precios petroleros relativamente bajos. Entregando el otro 50% directamente a la población, para resarcir de décadas de devaluación e inflación. Desarrollando alternativas novedosas de titularización individual, con  transferencia permanente hacia todos, y cada uno, de los ciudadanos, de otros activos públicos, secularmente estatales, como el subsuelo o el espacio radioeléctrico. Recapitalizándo la población para sustituir todas las formas de propiedad colectiva, y propiedad precaria, por propiedad privada plena. Desregulando y liberando la economía para la deflación de precios, en una verdadera “revolución de la prosperidad”, con una nueva moneda dramáticamente revaluada. Y semejante revolución liberal, capitalista y popular, sería apenas el principio, de unos, liberales y federales, Estados Unidos de Venezuela. Y sería, en nuestro camino hacia la libertad, la prosperidad y la paz. Tan solo el principio.
















3erPolo

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