www.guillermordriguez.net Intercambiamos socialismos en 40 años... O creamos hoy la alternativa liberal, capitalista y popular |
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Deseos no empreñan, y esperar
que el eventual e inevitable desgaste de la ineficiencia y empobrecimiento en que terminará el festín izquierdista de hoy,
permitan cambiar este socialismo chavista, por otro socialismo hoy opositor... Es lo mismo que apostar por que
la corrupción e ineficiencia del izquierdismo socialdemócrata de la adecocracia sería finalmente derrotado, pero por otra
izquierda... Eventualmente ocurriría, pero es apostar por el intercambio, que al final es lo mismo, y en
unos... Digamos por la experiencia previa... ¿40 años?. Eso es el 2021 todavía para Rosines. Si ella quiere
para entonces... Y si no quiere. Para quien designe el supremo líder histórico. Hoy presidente en funciones. Pero hay otra alternativa.
Que si bien requiere de trabajo y paciencia, es de años, y no de décadas. Sólo que para entenderla y tomarla, hay
que entender realmente dónde estamos parados. Como llegamos aquí. Y que no hay tercera alternativa en el terreno de
la realidad. Porque como dije al empezar... Deseos no empreñan. ANALICEMOS ENTONCES La revolución bolivariana es una
combinación, internamente coherente, profundamente anti-productiva, y teóricamente Maltusiana, de ideas muy “de última
moda” intelectual, combinadas con algunos enfoque clásicamente heterodoxo del marxismo. Creo que los liberales debemos
denominar eso neo comunismo. De hecho es parte importante de un movimiento global al cual suele llamarse nueva izquierda.
Pese a que no niego que el proceso
bolivariano es profundamente democrático, en la medida que la democracia es, simplemente un método para elegir entre
opciones, en que se da opta por la que tenga la mayoría de los votos. Sin importar cual sea o no la más razonable, verdadera
o conveniente. Me impresiona lo coherentemente que el Presidente en Funciones, en su calidad de jefe supremo de la
revolución ha sido muy claro en explicar que democracia participativa y protagónica, a efectos internos de la coalición de
partidos que le obedecen, es que todos sus partidarios voten por los candidatos que él designe, en su revolucionario,
buen saber y entender. Y que al que no le guste “se puede ir con los escuálidos”. Y me impresiona, porque la
mayor parte de los que dicen ser “la oposición, no se han sumado en el esfuerzo político por impulsar, ideas,
propuestas y proyectos, tan revolucionarios, como diametralmente opuestos a los de la esa revolución chavista. No creen estos “opositores”
que la prosperidad, la justicia, y la dignidad misma del ser humano, son inevitablemente contrarias a toda forma de pensamiento
colectivista y/o estatista. No han notado que no tiene función alguna en una oposición ideológica y eficiente
al chavismo, la izquierda, ni aún la que se asume demócrata. No sirven ni de “defensores de los derechos humanos”
porque mal puede defender los derechos humanos quien arbitraria y malignamente se especializó en negar derechos
naturales fundamentales, y a inventarse inexistentes e imposibles “derechos
sociales o ambientales” con el único fin de mediatizar y destruir la libertad individual. Tampoco sirven para defender
los derechos humanos, ni conservadores demócratas, y menos aún los serviles, del signo que sean. Como lo que enfrentamos es una nueva
y “agiornada” izquierda exitosa. A estos izquierdistas “opositores” hay que decirles la verdad. La
única forma de derrotar la revolución neo comunista democrática, es con una revolución capitalista liberal. Y a los
que no les guste, “se pueden ir con su comandante”. El día que hagamos eso, será el primero de los que conduzcan
a la victoria final. Mientras no llegue ese día, seguiremos de derrota en derrota. LO QUE NO HAY MISIÓN
QUE SOLUCIONE Como sociedad, cada año
producimos menos riqueza que el anterior. Nos hemos empobrecido, y mucho. Cada año el gobierno es más grande, más
costos, y está más endeudado que el anterior. Inflación, devaluación, miseria, delincuencia, desempleo, insuficiencia en servicios
públicos tan básicos como las cloacas. Exceso de gobierno para gastar en lo que no es función del gobierno, y falta
de gobierno para la seguridad y la justicia. Esos son los problemas de la gente. Y la mayoría de la gente no ha identificado
correctamente las causas. Sólo sufre las consecuencias. De hecho algunos tienen tan mal identificadas las causas
que las confunden con las soluciones. Solución sería, especialmente ahora
que el precio del petróleo es circunstancialmente alto, y que las circunstancias tienen visos de no cambiar en el corto plazo: Pagar la deuda pública liquidando
el 50% de los activos mercantiles del Estado. Lo que implicaría, “adicionalmente” duplicar
el ingreso fiscal petrolero Dedicar la mayoría del presupuesto
para seguridad, justicia y obras públicas. Dedicar el resto del presupuesto
para salud, educación y asistencia social básicas. Ningún presupuesto público para
otra cosa diferente. ¡Y nada de gasto público “no presupuestado”!
Prohibición constitucional del endeudamiento que supere el 5% del presupuesto. Con las mayores sanciones civiles
y políticas. Lo he dicho antes, y lo seguiré
diciendo. Porque es eso. O un nuevo colapso de deuda impagable y “ajuste fiscal” en algún futuro indeterminado,
de seguir con las políticas actuales, de bonaza artificialmente inducida e insostenible en el tiempo. ¿ESO ES NEOLIBERALISMO? No, si por neoliberalismo entendemos
el conjunto completo de políticas de un gobierno como el de Menen en la Argentina, y en menor grado el de CAP II, entre nosotros.
Hay una diferencia critica. El problema con los neoliberales es que ni son nuevos, ni son liberales. Son
estatistas ligth, socialistas ligth. Venden activos, pero no pagan las deudas. Y en lugar de reducir el gasto lo incrementan.
Así, sus mecanismos antiinflación revientan y la población paga los platos rotos en un futuro indeterminado. Es lo mismo que
con los socialistas, pero de otra forma. El mismo musiú, con diferente cachimbo. Los liberales libertarios proponemos
limites reales del gasto y el endeudamiento. Y sobre todo pagar la deuda. De hecho nuestras propuestas, de reformas legislativas
y constitucionales, trasformarían aquellos programas neoliberales en delito. Por lo demás, no se trata de soluciones
para el Estado únicamente. Las soluciones para la gente, son la parte más importante de nuestros programas. Capitalizar a la población,
distribuyendo el otro 50% de los activos mercantiles estatales, en partes iguales entre los ciudadanos, mediante
acciones y derechos intransferibles individuales. Obligar legalmente al gobierno
ha destinar lo obtenido de la venta de cualquier activo público actual o futuro, exclusivamente para el pago de capital de
la deuda pública existente en el momento de la venta, hasta pagarla completamente. Regresar al patrón oro,
como paso previo de la libertad monetaria, impidiendo la devaluación e inflación. Y eliminar todas las trabas y regulaciones
contra la creación de riqueza. Claro que como eso es una revolución
liberal, en toda línea. Necesitaríamos para adelantarla cambiar no sólo la Constitución
-por el mecanismo que ella misma provee, que es la voluntad de la mayoría- sino crear un nuevo sistema que supere los
limites de la división tradicional de poderes, limitando realmente la posibilidad misma cualquier tiranía, incluso, o especialmente,
la de la mayoría. Pero entre tanto, hay que avanzar,
y avanzar es, desde demostrar con hechos que la solidaridad no es robar a unos para repartir a otros... parte de lo
robado. Es compartir esfuerzos creativos, para intercambiar ganando las dos partes. Como cuando se entregan
los libros de texto usaos del año anterior, a cambio de los textos, también usados, que se necesitarán en el nuevo año. También avanzar es proponer y defender
una iniciativa de Ley, que se puede introducir en la Asamblea mediante la recolección de firmas, para que el producto
de la riqueza del subsuelo, se use en un sistema nacional de trasferencia directa a cuentas individuales de capitalización
para el retiro, y acceso a los sistemas de salud y educación privados. Eso es combatir la “exclusión”,
y “dar poder al pueblo” lo otro es decirle a la gente que el gobierno sabrá “administrar” lo de ellos,
mejor que ellos mismos. Que es tanto como llamarlos idiotas. Entender que la gente no es idiota, que aunque se
puede equivocar, también aprende de los errores, y que es capaz de administrar lo propio, mejor que los políticos estatistas
que siempre terminan dilapidando (y embolsillandose) lo ajeno que se les confía para su administración.. Es el único cambio
“cultural” que realmente necesitamos. Y será sólo el principio. |
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