www.guillermordriguez.net Sin intermediarios estatistas... El petróleo puede ser del pueblo directamente |
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La política es el arte de lo posible.
El arte de lo imposible se llama magia, pero no existe en la realidad. La magia aparente es otro arte, el arte de la ilusión,
que se llama adecuadamente ilusionismo. Cuando los políticos prometen hacer “magia”, cosa imposible, y
practican el ilusionismo, pueden obtener y conservar el poder, mientras dura el efecto de la “ilusión”, pero lo
que logran realmente es producir miseria. Hablar de un cambio de régimen,
e incluso de gobierno, en Venezuela, en el corto plazo, tiene tanto de ilusionismo –y tal vez más- como el crecimiento
de la economía producto del gasto publico deficitario que impulsa en presidente en funciones. Nuestro objetivo de largo plazo
sustituir las instituciones del estatismo empobrecedor, por las de una república liberal, pero con la actual constitución
no se puede organizar una republica liberal que garantice lo que la actual prohíbe. Transferir directamente a la población
la totalidad de los activos mercantiles del Estado. Paso indispensable para la prosperidad moral y material todos
los individuos ha ello se dediquen por su propio esfuerzo. Pero cambiar la democracia “participativa y protagónica”
que es la de tres violadores frente a una victima... votando los cuatro. Por un sistema en el que ni minoría, ni mayoría,
ni poder alguno, pueda limitar el derecho individual a la vida, la libertad y la propiedad, implica usar los mecanismos que
la propia “bicha” incluye, para derogarla democráticamente. Y eso... es un objetivo que no alcanzaremos en el
corto plazo. Mientras obtenemos la mayoría necesaria
para derogar, con sus propias reglas, la constitución estatista vigente y sustituirla por una constitución liberal ideal.
Objetivo que no es evidentemente de corto plazo. Podemos encontrar en esta “bicha” y en todo el aparato legal
estatista, espacios que nos permitan transferir algunos activos estatales mercantiles estatales directamente a la población.
No podrá ser una transferencia plena, con una constitución estatista mediando, pero será mejor que dejar los recursos en manos
de un estado desbordado e inútil. Un primer punto es el proyecto de
Ley, de profundo espíritu liberal devolucionista, desarrollado por los amigos de la Asociación Civil, Petróleo Para el Pueblo.
Mediante este proyecto, se establece que una parte de los ingresos petroleros, aquella que corresponde principalmente al valor del petróleo “en boca de pozo”, se destine obligatoriamente para
un sistema universal de transferencias individuales directas a los ciudadanos, mediante el que se desarrollará tanto un sistema
de cuentas individuales de capitalización para el retiro, como unos bonos de salud y educación, que garantizarán el real acceso
de los sectores de menores ingresos a los servicios médicos y educativos privados. Y que adicionalmente podría capitalizar
aquellos servicios gubernamentales médicos o educativos, que la gente, no los políticos, considere dignos de ello. El proyecto de ley, pese a ser una
iniciativa política popular de naturaleza moderadamente liberal y devolucionista,
está en perfecta sintonía con la Constitución Nacional, pues interpreta su artículo 311, en que se establece que los recursos
originados por la explotación del subsuelo deben propender a financiar la inversión real productiva, la salud y la seguridad
social. Este proyecto, se introducirá luego
de la recolección de firmas, como una iniciativa popular, y en el movimiento liberal libertario Resistencia Civil, hemos decidido
acompañarlo y defenderlo, en todos los pasos, y contra toda oposición al mismo, venga de donde venga, hasta su aprobación
final. Es obvio que desde la presentación
de firmas, hasta la discusión en la Asamblea, y durante la misma, encontraría el proyecto importante oponentes, ya que se
trata de quitarle poder y recursos al Estado, y entregárselos directamente a los ciudadanos, y eso, no les gustará muchos
políticos, tanto oficialistas como opositores. Por mucho que sea el tiempo y las
dificultades, acompañaremos al proyecto y sus proponentes, hasta las últimas consecuencias, ya que será muy interesante ver
a los diputados que se opongan, explicarle a sus votantes que no les quieren entregar directamente los recursos que pueden
garantizarles un retiro decente, la salud de sus familias y la educación de sus hijos, porque pretenden “manejarlos
por ellos”. Como son muy imaginativos, no dudo
que se inventen curiosas en interesantes mentiras para justificar el oponerse a entregarle directamente a cada venezolano
“su barrilito” en forma de un retiro decente, educación y salud. Si bien no es posible, en la legislación
vigente, transferir la propiedad plena, ni del subsuelo, ni de la industria petrolera a la población. Es posible crear
un sistema de trasferencia de esa renta, a fondos individuales de los ciudadanos, en lugar de fondos “colectivos”
manejados por el gobierno, “para lo que le dé la gana al gobierno”. Para todos los efectos prácticos sería un progreso enorme. Pero también
será de enorme impacto social, económico, e incluso cultural, la implementación de este sistema de transferencia directa,
que podría transferir poco menos de mil dólares americanos anuales para el retiro salud y educación de cada venezolano. Esa cantidad, es superior al ingreso
anual actual de gran parte de la población especialmente los desempleados, y muchos trabajadores el sector informal,
como efecto inevitable del régimen estatista vigente, simplemente no dispondrán de un sistema de retiro decente, ni de acceso
a los servicios privados de medicina y educación, hasta que el proyecto de ley de Transferencia se apruebe e implemente. Si bien, un movimiento político
e ideológico como Resistencia Civil, en el ámbito nacional, apoyará dicho proyecto en todo el proceso que irá de la recolección
de firmas hasta su aprobación final, sin importar cuan largo y difícil resulte el mismo, pues es una de las pocas iniciativas
razonablemente liberales y devolucionistas, que se pueden adelantar sin necesidad de reformar la Constitución vigente, es
el tipo de iniciativa para abrir el campo a la participación política de los
ciudadanos del tercer polo, los que no son ni chavistas ni escuálidos, porque
rechazan igualmente los dos polos estatistas empobrecedores. La agenda política debe ser sobre
como resolvemos los problemas de la gente. El gobierno, desde su estatismo, crea “fondos petroleros de desarrollo”
para manejar más y más recursos, más y más discrecionalmente, y ayudar a los mismos pobres que sigue empobreciendo con su
devaluación, inflación y reglamentación asfixiante. La respuesta de una oposición que sea: "quítenlo a él y pónganlos
a ellos, porque prometen hacer lo mismo que él, pero mejor” tendría que esperar al menos unos cuarenta años."
Caldera II, el Chiripérico, fue el primero en tener algo de éxito con ese discurso, que sólo llego a su plenitud con el actual
presidente en funciones. Otros lo intentaron sin éxito, desde 1958. Ahora que la discusión de izquierda contra izquierda,
favorece únicamente a la izquierda que está en el poder. Pero oponerse al estatismo con ideas, e iniciativas, liberales
devoluconistas. Es algo que ciertamente no entra en los cálculos, y previsiones, ni de una ni de otra izquierda... porque
es lo que las puede derrotar a las dos. Y eso, será sólo el principio. |
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