www.guillermordriguez.net El que tiene tienda que la atienda...Y que cada cual defienda los suyos |
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Y en este mar de desinformación, la gente se confunde, y algunos
confundidos andan tratado de representar lo que no representan... Con lo que dejan de representar lo que representarían realmente...
Si atendieran lo suyo, en lugar de pretender, infructuosamente, gobernar lo ajeno. Claro que todas las confusiones nacen del estatismo, que en
Venezuela ha sido el socialismo, primero de los adecos (y sus socios ensotanados) y ahora del neo izquierdista presidente
en funciones. Como el estatismo socialista, de antes y de ahora, coincide
en darle a los políticos en poder de gobernar unos bienes y derechos mercantiles, que ni sudaron ni ganaron, para un supuesto
reparto en el que realmente, “el que parte y recomparte, se queda la mayor parte”, pues no es extraño que cuanto
bicho de uña que se medio siente político, ande pretendiendo gobernar todo lo ajeno que se le atraviese en el camino. ZAPATERO A SU ZAPATO Como vivimos bajo el imperio del estatismo, es el Estado, el
que decide los precios, concede o retira permiso para comprar divisas, autoriza o desautoriza importaciones, y en fin, decide
quien se puede dedicar a tal, o cual negocio, y quien no puede. Pero no queda ahí la cosa. También es el Estado el que se
reserva en exclusiva el principal negocio del país, el que representa más del 50% su ingreso y del 80% del ingreso de divisas
total. Estado que devalúa, gasta y endeuda a todos... que a todos empobrece.
Pero que a unos da limosna, a otros compensación, a los menos enriquece... y a otros no da nada... sólo les quita lo que es
de ellos. Según la soberana voluntad del gobernante. Todos los negocios de Venezuela, son con, o pasan por, la suprema autoridad
de un estado que en todo se mete. Así las cosas, las grandes corporaciones, grandes y ricas, tienen
los recursos para “negociar y entenderse” con el estatismo que esté en el poder. Las locales se representan solas,
y las foráneas... hasta embajador tienen. Pero las empresas de menor tamaño, no pueden asumir el costo, tiempo y esfuerzo
de representarse solas... y menos ante un Estado tan grandote y potencialmente "maluco". Así que se asocian, y se pagan todas
juntas unos representantes, cual sindicato cualquiera. Eso, y no otra cosa, es una Cámara de empresarios, en un país estatista.
Como los intereses de unos, pueden ser similares, iguales, o contrarios, de los de otros... pues se organizan en Cámaras
del mismo ramo, y se van asociando, unas Cámaras con otras, en unas “Cámaras de Cámaras” por sector. Finalmente
se organizan en una especie Federación Nacional, en la que resuelven sus conflictos internos como mejor pueden... y tratan
de presentarse ante el súper gobierno estatista, con la fuerza del número. Exactamente igual que los sindicatos laborales. No es entonces que Cámaras o empresarios tengan algunos “lideres”
en los que creen política o ideológicamente. O a los que les "deban" lealtad u obediencia alguna. Son los llamados "lideres
empresariales" simples representantes de intereses específicos. Políticos y electos, pero políticos “de segundo piso”
no “de calle”. Y cuando no los representan bien. Cuando
ponen en riesgo los intereses que se les confió, clara e indudablemente, representar, porque "les dá" por andar haciendo
de políticos “de calle”, conspirativos o electorales, les toleraran, única y exclusivamente si tienen éxito. Intentaron
las dos cosas, fracasaron. Y ahora cada cual “dialoga” por su cuenta. Empezando por el que más capital pareciera
tener. Cisneros. Y siguiendo por los que más capital, propio y en custodia, representan. La Asociación Bancaria. La cosa es que el movimiento empresarial tiene un papel que
jugar, mientras el estatismo gobierne, pero ese papel sólo lo puede jugar si representa todos... o al menos la mayoría, de
los empresarios, en defensa de aquello que, debido al asfixiante marco regulador, los une, gústeles o no, frente al tremendo
poder regulador del Estatismo, como son sus específicos intereses sectoriales comunes. Intereses que les son comunes, con
independencia de la ideología, simpatía, o antipatía política que cada empresario tenga, como individuo. Cada empresario puede defender sus políticas simpatías,
antipatías, ideología y principios personales. Participando en, o financiando al, movimientos político que le represente como
personas, como ciudadano. Para eso están los movimientos políticos organizados en torno a una ideología y programa (o sin
ninguna de las dos cosas, lo que es más frecuente en Venezuela). Pero las Cámaras son otra cosa. Y FEDECAMARAS, es la Federación
de Cámaras de la Industria, el Comercio y el Agro. Nada más... y nada menos... Y no es poco lo que es. Pero si se mete en
lo que no es, entonces puede quedarse “sin el chivo y sin el mecate”. Cosa que no tendría importancia. Y hasta
bueno sería, si viviésemos bajo el imperio del libre mercado en lo económico, y el del liberalismo republicano en lo político.
Como vivimos bajo el imperio del estatismo socialista en lo económico, y de la tiranía legalizada de las mayorías, en lo político.
Nos convienen, por ahora, unas Cámaras empresariales fuertes y organizadas, que cumplan su papel. Y CADA CUAL QUE DEFIENDA LOS SUYOS No menos perdido anda con su brújula el posmoderno imitador
del fallecido líder político al que su mayor enemigo logró “quemarle las manos” mediante un atentado terrorista.
Heredero, venido a menos sin duda, pero con un importante capital político que proteger. El reclamador de “su historia”,
no puede representar más que a quines tal herencia, y tal historia, comparten y defienden. Historia de asociación con ambiciosos
militares, de golpe de estado, mal llamado “revolución”, de ventajismo y abuso de poder, persecución, proscripción,
persecución judicial amañada, o cárcel por largos años, sin proceso alguno, tortura, desaparición, asesinato y electoral fraude...
mil veces repetido, contra todo adversario. “Ley y Constitución al lado de la poceta...” que para lo mismo que
sirve el encuadernado y sellado papel hoy, sirvió en el pasado. Y a decir verdad, con menos “teatro procesal”
en el pasado. Herencia importante sin duda, porque de la misma subsiste el mayor y mejor organizado, histórico partido político
socialista, alineado en una oposición, cuyos votantes mayoritariamente rechazan los partidos políticos del pasado histórico.
Herencia de corrupción, despilfarro, devaluación, inflación empobrecimiento, abandono, y un estatismo, tan descaradamente
mentiroso, que se olvido incluso de las limosnas. Esa, y no otra es la herencia de quienes hoy, no terminan de asumir que
están viviendo, de lo que va quedando. Que lo que una vez fueron, y lo que una vez representaron, su estatismo revolucionario
“reivindicativo”, con capacidad de “entenderse” con el poder “del norte”. Hoy lo representa
otro. Pero si se olvidaron sus lideres presentes, de defender sus viejos y leales correligionarios, en una alianza “multisapida”
que no dejó jamás de “ningunearselos”. No venga ahora, en medio de la derrota quien, en los más altos niveles
de responsabilidad estratégica de la alianza, no supo tal derrota prever o enfrentar, en plan de perdonavidas a ponernos “sus”
condiciones a quienes nos mantuvimos lealmente en el mismo “arroz con mango” luchando hasta el último día, y que
nunca, ni apoyamos ni aprovechamos, el execrable “ningunéo” de aliado alguno, por táctica, desunida y temporal,
que fuera la alianza. Semejante absurda pretensión, la rechazamos quiénes ¡O ironía! Somos hoy los únicos herederos políticos
de aquel proyecto republicano que sus “fundadores” derrocaron. Los liberales libertarios, lo que pretendemos corregir el error histórico con el que se inició la herencia del citado ciudadano. Ellos
son herederos del golpismo de octubre del ´45. Nosotros del único gobierno republicano del siglo XX en que se respetaron aún
más las libertades civiles, que las económicas. Ellos apristas, socialistas, adecos... y hasta “Romulistas”. De
ello se siente evidentemente orgulloso su nuevo líder, allá el y los suyos. Merecen nuestro respeto, tanto cuanto lo merecen
quienes hoy representan, lo que ellos representaron en el pasado Pero lo
cierto es que representa, él y los suyos, precisamente al pasado. Un socialismo trasnochado y derrotado, cuyo tiempo histórico
pasó. Y que está siendo desplazado por otro izquierdismo en todo el mundo. Nosotros somos liberales, libertarios, devolucionistas,
resistentes... Y Medinistas. Con mucho orgullo. No somos, el desesperado intento de retorno de un pasado fracasado. Somos
el paciente futuro que se levanta, a lo largo y ancho del planeta... Surgiendo por la gente, y contra el poder y la influencia
establecidos. Y que allí donde puede recordar algún atisbo histórico, por incompleto que fuera, generalmente detenido, abortado
o destruido, reclama la herencia de aquello que, pese al ser exitoso en todos los ordenes, de crecimiento y prosperidad material
y moral... Especialmente en el del respeto que quien administra el poder del Estado debe a los derechos individuales de todos...
pero especialmente de sus adversarios. Fue destruido por el estatismo, hoy derrotado. En realidad, poco nos importa lo que
muere lentamente. Nos importa, eso sí, que ocupa aún espacio y dificulta el surgimiento de lo que nace. Y como su espacio
político ya fue ocupado por otro nuevo estatismo que se asume, muy adecuadamente, izquierdista. Ocupa hoy el viejo estatismo,
el que corresponde a una derecha, de la que los liberales, que no somos ni izquierda ni derecha, pues nuestro asunto es otro,
nos vemos impelidos a formar parte en la Venezuela de hoy. Entre otras cosas, porque somos los únicos que podemos darle, a
ese futuro de esperanza, la fuerza conceptual, y el “contenido social” propio, y más que diferenciado, opuesto,
al estatismo neo izquierdista... Y al pasado. Al fin de cuentas. De todo lo que en Venezuela es llamado “derecha”
porque no quiere “ni lucir ni asumirse” como izquierda. Los únicos que tenemos una propuesta filosófica, conceptual,
ideológica, programática y política, integral, clara, valiente y libre de ambigüedades, medias tientas, y rosarios de “buenas
intenciones” carentes intencionalmente de significado real “pero que suenan bonito” de los que no se deslastran
aún nuestros inevitables aliados naturales. Le llamaba mi abuelo a eso cobardía...
pero puede que estuviera equivocado.
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