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La ley de la revolución, es la ley de los esclavos













Guillermo Rodríguez G.





3erPolo
















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El Ciudadno Presidente, (indiscutido y legitimo caudillo de los serviles neo izquierdistas) anunció el año de la ofensiva revolucionaria, en medio de controles de cambio y de precios. Y ofensiva revolucionaria hemos tenido. Se violan todas las leyes, normas y reglamentos que sean necesarios. Se pisotean los principios universales del derecho. Se verifican todas las "tramparencias" posibles en la autoridad electoral y se convalidan -para efectos políticos prácticos, aunque no necesariamente jurídicos- en las sentencias, no sentencias, y contrasentencias del máximo tribunal. Jueces revolucionarios parece que dicen un día y luce que desdicen otro, al presunto son que les toque el caudillo. Se reprime con violencia inusitada, se encarcela disidentes con pruebas presuntamente forjadas, y presuntamente tan mal forjadas, que algún juez -no del tipo revolucionario- se ve en la obligación de dejarlos libres. Escuchamos la terrible acusación de que se asesina, se secuestra, se desaparece y se tortura. Y aparecen "fueros protectores" que ni investigación permiten. Muy pocos casos... pero es sólo el principio.

 

REVOLUCIÓN NO SOBREVIVE ELECCIONES

 

El jefe designado del Comando Ayacucho, ordenó (entendemos que en nombre del caudillo soberano) convencer al 15% de los firmantes por el referéndum presidencial de que se desdijeran. Hasta ahora hemos visto algunas formas de discriminación contra los ciudadanos que firmaron. Veremos más en futuro inmediato. Acta mató firma... y nadie lo discutió en la oposición. Es poco lo que podemos confiar en un CNE tan revolucionario como el que tenemos.  Lo mismo nos ocurre con el tribunal supremo... o cualquier otra institución.

Y es precisamente por eso que sólo se podrá derrotar esta revolución servil por medio de los votos. Los autócratas sólo están interesados en las elecciones que ganarán, y aún así... Criminales gobernantes, como Daniel Ortega y Augusto Pinochet, salieron por votos. Y tenían un control de las instituciones (y de las calles) mucho mayor que el que alcanza esta revolución.

La revolución esta empobreciendo aceleradamente la población (de hoy y de mañana) incrementando y empujando al futuro su deuda, mientras minimiza las fuentes de ingreso, junto con la capacidad de producción y ahorro de la inmensa mayoría, con trabas. Esto es lo que ya teníamos, sólo que más rápido, más concentrado, más de lo mismo, sin duda, pero mucho más, que no es lo mismo.

Las leyes colectivistas destruyen la libertad. La libertad de opinar, igual que la de ahorrar, la de participar como la de producir, porque la libertad es indivisible. Antes tuvimos izquierda revolucionaria, pero diluida. Ahora la tenemos concentrada. Y tiene razón la que dijo que la izquierda es veneno. Mientras más concentrada, más asesina. 

 

EL PROBLEMA SON LAS LEYES COLECTIVISTAS

 

De nada sirve ahora detenerse y reclamar racionalidad en quienes creen en esas leyes colectivistas, pero no le gusta que las aplique este gobierno. El problema son las leyes, la infinidad de leyes que le dan al gobierno poder sobre nuestras vidas y propiedades. Nuestros legisladores han inventado con el paso de los años, todo tipo de nuevos delitos penales, contra la patria, la nación, la ecología, los niños, las mujeres, las minorías, o lo que se les ocurra, por medio de las que los jueces pueden transformar en delito penal la expresión de casi cualquier opinión y acción política. Gran parte de esas leyes no las invento la revolución, pero las esta aplicando. Y claro que las perfecciona, las amplia, y hace las suyas propias.

También han desarrollado nuestros legisladores infinidad de leyes para inmiscuirse en las propiedades de los ciudadanos. Se obliga a las instituciones financieras al registro policiaco de las operaciones de sus clientes. Se establece la potestad de los gobiernos para fijar los precios de todos aquellas bienes y servicios que les dé la gana. Se autorizan los gobernantes para afectar cualquier propiedad, de cualquier forma y para cualquier fin. Se dictan reglamentos por los que hasta los más elementales principios de igualdad en el trato de los regulados se rompen por la más absoluta discrecionalidad de los funcionarios. Nada de eso lo invento esta revolución servil. Esas armas de la revolución se le dejaron los Congresos y Ejecutivos de lo que ahora se suele llamar de 4ta.

Sin que todo el sistema legal esté fundamentado en defender los derechos de los individuos frente al poder del estado, será imposible evitar que el Estado trasformé la opinión política en delito. Y la propiedad en graciosa concesión del déspota de turno.

 

OLIGARCAS TEMBLAD

 

La concentración del poder político, las propiedades, privilegios de todo tipo y una serie de protecciones legales contra cualquier competidor externo, es lo que define una oligarquía.

Estamos ante un escenario de empobrecimiento generalizado, debilitamiento de las empresas establecidas, fortalecimiento de la presencia del estado en la economía y eliminación de las pocos espacios de competencia económica abierta que quedaban en Venezuela. Eso sólo puede resultar en la creación de una riquísima y cerrada oligarquía de nuevo cuño, completamente dependiente del poder político del caudillo que la crea.

 

Tenemos que entender que salir de un gobierno muy malo es sólo un cambio menor. Eliminar todo el cuerpo de leyes que le dan al gobierno autoridad legal para someternos, es el verdadero principio del camino hacia la libertad y el progreso. Y es sólo el principio.
















3erPolo

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