www.guillermordriguez.net Siembras de petróleo: El que siembra estupidez cosecha locura
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Cada vez que escucho algún economista hablar de multiplicar la generación de empleo
y actividad económica en el sector petrolero venezolano. Me pregunto si nota que lo que propugna es en un gigantesco pueblo
fantasma, para algún futuro indeterminado. Es interesante ver un pueblo fantasma. Generalmente fueron pueblos mineros, tenían
sentido en torno a la actividad económica generada por algún tipo de explotación, y
dejaron de tenerlo al acabarse la explotación. Lo que suele ocurrir mucho antes de acabarse el mineral. Como los pueblos no
suelen vaciarse de un día para otro, es posible encontrar en algunos lugares pueblos que, pese a seguir habitados, se están
desabitando, poco a poco. Lo curioso es ver las ruinas de una economía floreciente, el teatro de la opera de Manaos o un magnifico
puente ferroviario de Gales, tienen en común la gran inversión que representaron en su momento. Hoy son sólo ruinas, por una
demanda desaparecida. No se explota caucho ni carbón como entonces. SEMBRAR EL PETROLEO La celebre frase de Uslar Pietri, que resumió junto con
sus propias ideas las de Alberto Adriani, no deja de ser un simple "slogan",
un lema o una consigna. Y como tal... da para mucho. El petróleo al final es capital, y el capital se puede "sembrar" de cualquier
forma. Se puede sembrar el petróleo -que siempre ha sido del Estado en Venezuela- en un aparato estatal eficiente, en seguridad,
justicia y obras públicas. Como se hizo, a conciencia, en Venezuela hasta 1945, y más por la fuerza de las circunstancias
que por voluntad hasta 1958. Pero también se puede sembrar como se sembró de 1958
en adelante. En la construcción de un aparato financiero, comercial e industrial estatal dispendioso, ineficiente y manirroto.
Parte de un Estado que gasta más dinero en universidades gratuitas, que en escuelas básicas y que gasta los recursos de la
policía y las cárceles en estimular las bellas artes mientras la delincuencia se adueña de las calles. La cosa es que quien siembra en el desierto sin agua,
no puede esperar grandes cosechas. Y que quien siembra vientos cosecha tempestadades. Y tempestades de pobreza, inflación,
devaluación e irracionalidad, son lo que se ha cosechado de la siembra de los vientos petroleros en privilegios groseros,
inversiones inviables y redistribuciones corruptas... que es lo mismo que decir socialismo. El petróleo se sembró primero en un aparato estatal viable
y se cosecho en progreso ciudadano, pero luego se sembró en ensoñaciones imposibles y se cosechó en realidades insoportables. LA PEOR COSECHA Si cuando la industria petrolera era privada y foránea
el Estado propietario del recurso se quedaba con poco más del 50% de la factura, y hoy que es propietario del recurso y de
la industria, se queda con menos del 23%. Tenemos mala cosecha de semilla para resembrar. Es absurdo eso de "sembrar el petróleo en el petróleo"
que es lo que dicen quienes hablan de la generación de actividad económica por aumentos de producción y diversificación de
las actividades e inversiones. Es absurdo, primero, porque si lo de la redistribución fuera buena y posible, lo que se logra
es minimizar la rentabilidad de la actividad intencionalmente, lo que sólo beneficiará a los privilegiados que estén "dentro"
y que siempre serán pocos respecto de los muchos que se quedan "fuera". Mientras que maximizar la rentabilidad traslada el
problema político de la "redistribución" y la corrupción al terreno en que la gente puede detenerla votando si llega a entender
que es mala e imposible. Es absurdo, segundo, porque se trata de hacer más grande
y lujoso lo que, en algún momento, terminará por ser un pueblo fantasma. No es malo que una economía se concentre en sus sectores
más eficientes cuando producen mucho capital. Si se tornan menos competitivos en el futuro será ese capital el que permita
invertir en otras actividades rentables. Lo malo es que cuando llegue la hora de cambiar no haya capital para invertir en
nada nuevo, porque se invirtió todo en algo que dejó de tener sentido. Es lo que pasa con la gente que queda en los pueblos
fantasmas para morir con ellos... porque no al acabarse la explotación que "mantenía el pueblo", no les quedó dinero ni para
el pasaje. Decía el Jeque Yamani que la edad de piedra no se había acabado por falta de piedras. Con lo que señalaba que
la edad del petróleo se acabaría mucho antes que el recurso es sí. Un problema con la frase de Yamani es que nos habla
de un tipo de tecnología de materiales, por analogía a otra de combustibles. Si medimos las eras por los materiales usados
para producir las herramientas, podemos hablar de la era de piedra, del bronce, del hierro, del acero y del plástico. Pero
si hablamos de combustibles se trata de la era de la madera, de la del carbón y de la del petróleo. Es posible que no salgamos
de la era del plástico -petróleo también al fin de cuentas- cuando ya no se use el petróleo como combustible dominante. O
puede ser al revés. No es posible predecir cuales serán los futuros cambios tecnológicos. Lo que es indudable es que habrá
cambios. Lo único que prepara para cualquier cambio es la capacidad de inversión... pero eso es sólo el principio. |
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