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Finanzas neo-adecas: Repetición devaluada de la Venezuela Saudita













Guillermo Rodríguez G.





3erPolo
















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El gobierno revolucionario usará una deuda de 100 millones de dólares, para pagar intereses de otras deudas anteriores. No se requiere de mucha imaginación para ver lo rápido que crecerá la deuda pública así, sobre todo si se considera que más del 40% del presupuesto público de este año requiere de "más" deuda para financiarse, y que no están en el presupuesto muchos de los gastos que anuncia cada semana el ciudadano presidente... pero sin duda se ejecutarán todos.

Que el mismo Estado que roba descaradamente a la población con la devaluación e inflación, endeude a las próximas generaciones y "conceda" algunos créditos para microempresas y cooperativas, es como si el malandro del bario le prestara a quienes robó, su mismo dinero, y después los obligará a pagar no sólo lo que les prestó, sino todas las deudas personales del malandro. Quizas sería mejor en algo "mejor" que si no prestara nada. Pero no deja de ser robo sobre robo.

 

REMAR HACIA ATRÁS

 

Es bueno recordar que Venezuela mantuvo una admirable estabilidad monetaria por más de 100 años, en medio de desordenes, guerras civiles, dictaduras y democracias, el bolívar se mantuvo anclado al oro, en el que efectivamente se podía cambiar los billetes, y el "sencillo" se acuñaba en plata de ley.

Aquel país pobre y atrasado, fue encontrando su camino a la paz, el estado de derecho y los gobiernos electos, luego de acabar con caudillismo armados, pagar completamente su "impagable" deuda externa, incrementar su participación fiscal en la industria petrolera hasta el inolvidable 50% del Presidente Medina (que hoy se reduce a menos de 25%) y desarrollar unas obras públicas razonables, útiles y necesarias, junto con un modesto y bien administrado sistema de salud pública y seguridad social, mientras el PIB crecía a ritmos inter-anuales del orden del 10%.

Tuvimos alguna vez un país ordenado, sin deuda externa o interna digna de mención, democrático y con una economía que crecía con la solidez de un "fuerte" de plata, en el que la gente decente y trabajadora podía luchar para construirse un mejor futuro con justificado optimismo.

 

SE ACABO LO QUE SE DABA... Y QUEDÓ LO QUE SE DEBE

 

Ahora tenemos un país al borde de un conflicto civil, sistemáticamente empobrecido y expoliado por una dirigencia política incalificable, con la moneda devaluada en miles por ciento y endeudándose nuevamente con una velocidad alucinante.

Las siete plagas bíblicas son poco para explicar semejante cambio. Es obvio que se requiere el toque de unos Midas "invertidos" para ello... y el pueblo de Venezuela a semejantes dirigentes eligió. Pero aún los que con el voto pecaron, con la inflación y la devaluación, quedaron ganando en indulgencias.

Hasta 1974 la economía y la incipiente institucionalidad venezolana, mantenía la moneda y la industria petrolera fuera del control directo de los políticos de turno.

Pero hasta ahí, porque al mismo tiempo que se eliminó de un plumazo el patrón oro, se estatizó la industria petrolera. A partir de entonces, lo único a lo que estaban anclados los bolívares, eran las reservas de dólares del BCV, y el 80% de los dólares que ingresaban a Venezuela serían propiedad del Estado.

 

DEUDA PÚBLICA ES DEUDA MALA

 

Así la mayoría de los economistas insistan en que la deuda pública "no es mala en si misma" ¡SI LO ES!. No es malo que se endeude una empresa cuyo objetivo es producir ganancias, y que en caso de no poder pagar limita las perdidas y la quiebra a la responsabilidad legal de sus accionistas, pero es malo que se endeude un gobierno cuyo objetivo es producir seguridad y justicia, cosas que nunca darán ganancias, y que acaso se endeudaría para construir ciertas obras públicas que por no tener expectativas "de ganancias" no serán construidas por nadie más. Así que incluso en el mejor de los casos, un poquito de deuda pública será un mal "necesario" pero es mala porque siempre la pagaremos todos, no quienes la contrataron. La deuda pública desmedida que contrajo el primer gobierno de CAP, fue la razón para que el siguiente devaluara, pasando la cuenta al bolsillo de la población. Desde entonces nuestros gobiernos no paran de endeudarse más... y de seguir devaluando.

Llegó la hora de llamar a las cosas por su nombre. Aquí no hay forma de poner orden en las finanzas de la república, pagar esa deuda que crece hoy con la misma irresponsable velocidad que creció en el primer gobierno de CAP... y con similar manirrotísmo de "inversiones" públicas, créditos y "ayudas" para "la nueva industria nacional" sin un enorme sacrificio. Y esta vez el sacrificio tiene que hacerlo el Estado en general, el gobierno en particular, y la clase política entera. El pueblo ya se sacrificó más que suficiente. Tenemos el derecho de resistir en "barricadas" si fuera necesario cuando nos traten de "pasar la cuenta" otra vez.

Pero lo mejor sería alcanzar una mayoría liberal, democrática, ordenada e institucional, para reformar la República, recuperar una moneda estable, pagar la deuda y regresar a la población lo que se le ha robado por décadas, entregando la propiedad accionaria de PDVSA a cada ciudadano. Dar poder al pueblo es darle en propiedad las acciones de la primera industria del país y quitarle de encima el peso presente de devaluación e inflación... y el peso futuro de la deuda pública desmedida. Lo otro es el "remake" devaluado de las mismas mentiras de "Venezuela Saudita". Y una vez debería haber sido más que suficiente.
















3erPolo

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