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El truco del FMI... O como se apuñaló el corazón del capitalismo













Guillermo Rodríguez G.





3erPolo
















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Antes de la segunda guerra mundial el dinero que se usaba en el mundo era mayormente emitido por bancos centrales estatales cuya capacidad de emisión estaba limitada por el encaje metálico. El Banco Central de Venezuela, en teoría al menos, tenía la obligación de entregar cien bolívares de oro -monedas de oro- a cualquiera que se presentase con un billete de cien bolívares "valido al portador en las oficinas del banco".

Algunos bancos centrales de naciones pequeñas, débiles, desordenadas, anárquicas, subdesarrolladas, carentes de un sistema jurídico confiable y un estado capaz de hacerlo respetar, usaban en lugar de oro billetes de naciones ordenadas para garantizar a una tasa fija el derecho "del portador en las oficinas del banco". En donde tenían oro de verdad, los parlamentos autorizaban a los bancos centrales a mantener menos oro del necesario, era difícil de imaginar que todos los tenedores de libras del mundo se presentaran juntos el mismo día a pedir su oro en el Banco de Inglaterra, especialmente si algunas de esas libras estaban depositadas como encaje en bancos centrales subdesarrollados. Primera debilidad del sistema... y bien aprovechada, causa fundamental de su caída.  

Entonces, el Emisor no podía imprimir billetes sin algún grado de respaldo metálico, por lo que su capacidad de hacerlo estaba objetivamente limitada a las existencias del metal. Como la inflación no es más que la abundancia de medios de pago, el sistema, aunque imperfecto y frágil, era una gran muralla de contención contra tal amenaza.

 

DEMOLIENDO LA MURALLA DE CONTENCIÓN

 

La ventaja crítica del sistema de patrón metálico y cambio fijo es que dificulta enormemente a los gobiernos emitir dinero para financiar gastos sin cobrar impuestos mayores desde el primer momento. Hay alternativas mejores, pero también peores y tras la segunda guerra mundial se fue por lo segundo. El FMI nació en la conferencia de Bretton Woods, como base de un nuevo sistema monetario internacional. Los padres de la criatura fueron Harry Dexter White, un miembro del partido comunista de los EE.UU. que trabajaba como ayudante del Secretario del Tesoro y el famoso neomercantilista, J.M. Keynes en representación de Gran Bretaña. Keynes proponía abolir el interés, nacionalizar la inversión y sustituir el oro por la deuda pública como medio de pago generalmente aceptado, lo que en la práctica implicaba destruir el dinero como se le había conocido hasta entonces.
Reflejo parcial de sus ideas surge el F.M.I. Algo muy parecido a un banco central mundial, prestamista de última instancia, en que cada país depositaba un porcentaje de sus reservas, de oro -o divisas, que representaban sólo una fracción de oro- y cada país duplicaba automáticamente sus reservas teóricas porque obtenía un derecho acreedor contra el Fondo por el doble de lo depositado.

Tres décadas después ninguna moneda conservaba siquiera la décima parte de su valor original porque al aumentar la capacidad de emisión de dinero se pudo aumentar el gasto público sin aumentar los impuestos directamente, pero al costo de una inflación estructural, que fue también un aumento de impuestos disfrazado.

 

EL VERDADERO ROSTRO DE LA REVOLUCIÓN KEYNESIANA

 

En realidad se habían expropiado los ahorros de millones de familias trasfiriéndolos a los Estados que llegaron a controlasen la mitad de la renta nacional y se había obligado a los ciudadanos comunes a elegir entre alta inflación o altos impuestos.

La ficción en que se había transformado el antiguo encaje metálico se abandonó rápidamente, con lo que las reservas del fondo pasaron a ser divisas respaldadas por... nada.

La propiedad privada sufrió, con la creación y desarrollo del FMI, su retroceso más importante desde que los emperadores romanos se dedicaron a fundir más denarios agregándole cobre al oro e intentaron prohibir la consecuente alza de precios. Así cayó el imperio romano y su sistema internacional de comercio desapareció por siglos. Y así hemos estado caminando al borde de un colapso monetario a escala global. Tan simple como gastar mucho más de lo que se ingresaba por impuestos, crear grupos de presión subsidiados y privilegios peleando entre sí por lo robado para finalmente alcanzar tremendas alzas de los impuestos imposibles de lograr de otra forma... sin que eso garantice que la inflación se detenga.

 

EL FMI Y LA IZQUIERDA

 

Siendo la más anticapitalista de las burocracias internacionales y la primera que nació con el claro objetivo de atacar artera y efectivamente el corazón mismo de un capitalismo que amenazaba con seguir avanzando a un sistema capitalista liberal más completo, el FMI es atacado por la izquierda como una institución que promueve el capitalismo. Nada tan injusto... y tan conveniente. Injusto porque si el FMI no les presta dinero a los gobiernos sin condicionar tales desembolsos a algunas garantías, al menos aparentes, de que podrán regresarlo, es porque cuando un gobierno acude al FMI generalmente ya quebró su propio banco central y se quedó sin recursos para cubrir la menor de sus obligaciones... ante eso el FMI lo único que les pide es que aumenten su ingreso proporcionalmente a su gasto... y lo pueden hacer expropiando y esquilmando a sus poblaciones tanto como quieran... o puedan. Eso no tiene nada de capitalista, pero claro, lo que en realidad les molesta a los gobernantes es no poder tomar por la fuerza de "la ley" unos recursos que están ahí, como si lo pueden hacer dentro de sus respectivos países... Es injusto acusar de capitalista a un FMI que ha aplaudido y financiado estatizaciones, grandes aumentos del tamaño, funciones y poder de las burocracias, devaluaciones, controles de cambios, controles de precios, aumentos descomunales de impuestos, creación de altos y discrecionales impuestos directos al diferentes consumos, e incluso la aplicación de impuestos a la simple movilización de dinero y se ha opuesto con decisión a todo lo que pueda siquiera sonar a capitalismo o propiedad privada en las naciones más pobres, llegando incluso a dirigir una guerra contra el oro, amenazando constantemente con hundir el precio a corto plazo del metal amarillo mediante masivas ventas de sus reservas, para garantizar que ningún banco central regrese al pasado que "en este caso" si fue mejor.

Pero también es interesado el ataque de la izquierda al FMI, llamar capitalista a la institución sobre la cual se sustenta el malandraje gubernamental de todo el mundo, es sutil, y confunde mucho a la gente.

 

CADA COSA EN SU LUGAR

 

Capitalismo es que los gobiernos protejan la propiedad privada contra los malandros, socialismo es que los malandros usen el gobierno para robar a la población.

El FMI les presta dinero robado por unos gobiernos malandros, a otros gobiernos malandros "en dificultades" para que sigan robando, sin enfrentar nunca las consecuencias completas de sus latrocinios... pero tomando sus precauciones para no ser robado el mismo por sus colegas... ni más, ni menos.
















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