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¿Cómo gobierna Chávez?: Como otro adeco más













Guillermo Rodríguez G.





3erPolo
















Ya que el ciudadano presidente de la República insiste en la enorme importancia de las comparaciones matemáticas para evaluar su labor de gobierno en comparación con las anteriores, procederemos con algunos ejemplos.

En 1944 el poder de compra del ingreso promedio era 5 veces mayor que el actual, y hace 8 años era el doble que hoy.

Si sumamos los metros cuadrados de obras publicas construidas durante el interrumpido gobierno democrático de Medina, con los de la Dictadura autoritaria de Pérez Jiménez, y los promediamos por año, nos resulta el doble que lo construido desde el plan de emergencia hasta la fecha. Pero si promediamos los metros cuadrados de la revolución bolivariana y los del punto fijismo entero comparando nuevamente promedios- veremos que la diferencia es mínima.

En la década de 1940 no había inflación en Venezuela, la deuda publica era prácticamente inexistente, el bolívar era una de las divisas más estables del mundo y la economía crecía a un ritmo promedio del 10% anual.

En la de 1950 creció rápidamente el numero de leyes estatistas y el crecimiento se desacelero, pero aun se podía obtener la patente de industria y comercio de un pequeño negocio sin esfuerzo alguno, de hecho los funcionarios eran los que iban a los negocios censando los nuevos para otorgarles patentes, y la economía crecía al 6 % anual.

En la de 1960 se hicieron más leyes estatistas, se devaluó la moneda, se estableció un férreo control de cambios de varios años, se derogaron indefinidamente las escuálidas garantías constitucionales a la propiedad privada y se estableció un poderoso aparto de financiamiento y planificación estatal de la economía. Los sectores protegidos, subsidiados y apoyados crecieron mucho más lentamente que el resto de la economía,  aparecieron los empresarios prósperos con empresas quebradas y se comenzó a hablar de nacionalizaciones y de grandes industrias estratégicas estatales.

En la de 1970 se estatizo la industria petrolera y se construyeron las grandes industrias estatales estrategias... y para hacer el cuento corto, desde entonces hasta la fecha la población esta cada vez peor, la inmensa mayoría de los habitantes de Venezuela entiende que cada gobierno que hemos tenido desde 1958 hasta la fecha ha sido peor que el anterior. Lo que muchos aun no han notado es que todos han hecho más o menos lo mismo, creído, más o menos, lo mismo y que todos ellos, incluyendo muy espacialmente al actual, son más de lo mismo. El ciudadano presidente ha gobernado como un adeco más, con las mismas promesas, el miso estatismo, el mismo marxismo hayadelatorrismo, las mismas excusas para sus fracasos y los mismos resultados matemáticos:

Menos ingreso, más desempleo, menos justicia y policía, más malandros, más leyes y regulaciones, menos producción, más eslabones a las mismas cadenas, menos libertad, menos producción, menos riqueza, más envidia, más odio, más mentiras.

 

VIVAN LAS CADENAS

 

No puedo dejar de reír al escuchan a un presidente sudamericano del siglo XXI repetir tan encantado el lema de los serviles defensores del absolutismo españole del siglo XIX. Lo irónico no es que no se trate de las mismas cadenas, sino que si se trata de las mismas cadenas. Si Fernando VII no hacia cadenas de radio y televisión para hablar en contra de los liberales y desgañitarse afirmando que la inmensa mayoría del pueblo lo quería a el como rey absoluto, era solo porque no existía la radio y la televisión.

Fernando necesito 100 mil tropas extranjeras para imponer el absolutismo, y no dudo un segundo en llamarlas, aunque fueran las mismas tropas contra las que su propio pueblo lucho en su nombre.

Pero lo más curioso es que Fernando fue la inevitable conclusión de un proceso de decadencia de la economía española que se inicia a finales del periodo de reconquista.

Mientras más intervenía y regulaba el rey los mercados para proteger a los pobres, más pobres los dejaba. Lo mismo pasó aquí con los adecos, los copeyanos, los convergentes y los chavistas no son más que versiones diferentes de la misma mentira estatista.

Ellos quieren vivir a costa del trabajo ajeno, son zánganos irresponsables y malandrines como el Rey Fernando y sus secuaces, pero a diferencia de este no cuentan con tropas extrajeras suficientes para imponerse por la fuerza, así que recurren al engaño, no roban pero estafan. Es por eso, porque estamos ante otro adeco más. Que el 40 % de los venezolanos rechaza simultáneamente al liderazgo político de gobierno y oposición, porque son, más o menos lo mismo. La libertad es una e indivisible, sin libertad no hay progreso material generalizado ni justicia, y aquí tenemos ya más de cincuenta años en los cada gobierno aprieta más la rosca de la tiranía que el que lo precedió. Quienes quieren vivir del trabajo ajeno y no ser responsables de sus actos, son  serviles. Quienes queremos vivir del propio trabajo y ser responsables de nuestros actos somos liberales. Esa es la verdadera polarización, el resto son más mentiras para mantener al pueblo en la ignorancia, a fin de dominarlo y explotarlo.

 

 
















3erPolo

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