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El elástico pico de Hubbert














Guillermo Rodríguez G.





3erPolo
















 
La edad de piedra terminó antes de que se acabaran las piedras,
y la edad del petróleo se terminará antes que se acabe el petróleo. 
Ahmed Zaki Yamani

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Para comprender la aparente paradoja del empobrecimiento en Venezuela, vale la pena explicar un poco el asunto del llamado pico de Hubbert  y su significado económico.  El pico es el punto en que, con la tecnología y estructura de costos existente, las reservas explotables de un mineral llegan a la mitad, con lo que los nuevos descubrimientos de reservas aprovechables resultan menores que la demanda futura proyectable, lo que dispara señales económicas que hace subir el precio del mineral y tornan potencialmente volátil su precio. El pico pues es elástico en la medida que los son los precios y la tecnología. Es decir, es muy elástico.

Esas señales económicas son las que garantizan que los recursos físicos, no lleguen al agotamiento antes de ser sustituidos, con motivo de los cambios tecnológicos. Un recurso natural, relativamente escaso y valioso; del tipo comúnmente llamado no renovable –por la escala temporal del tipo de proceso natural que lo formó– del cual dependió el combustible del transporte y la industria, como el carbón durante el siglo XIX, fue sustituido en gran parte por el petróleo en el siglo XX. No se dejó de usar el carbón mineral por completo, simplemente fue sustituido en la mayoría de sus usos como combustible; en la medida que la maquinaria evolucionó.  Es un ejemplo de un cambio que parece no estar relacionado con el pico de Hubbert, lo que nos muestra que el cambio tecnológico puede preceder a esas señales económicas por la permanente oportunidad empresarial de una tecnología nueva que sea más rentable que la que sustituye.

De las minas de carbón a las calderas de vapor del siglo XIX había toda una cadena de capital invertido. Lo mismo ocurre con la explotación, transporte, refinación de crudo y posterior distribución de combustibles, y lo misma ocurrirá en la medida que se use gas natural, petróleos pesados transformados o bitumenes emulsionados. Pero el hidrógeno, como combustible, tiene el potencial técnico de ser producido en cada punto de venta, usando las redes pre-existentes de agua y electricidad, por lo que a largo plazo muy posiblemente sea el principal combustible del transporte. Quemar hidrocarburos es quemar hidrógeno, con carbono como desperdicio, con el cambio de los combustibles en el tiempo ha sido cada vez menor ese desperdicio, a largo plazo puede llegar a ser rentable recuperar carbono de hidrocarburos teniendo el hidrógeno como desperdicio. Finalmente, toda recuperación y aprovechamiento económico del desperdicio en un proceso económico es un desafío tecnológico y una oportunidad de ganancia empresarial. No deja de ser absurdo que los escapes de vehículos e industrias desperdicien el carbono que en otros procesos usamos para fabricar materiales útiles y costosos. Ocurre, no por capricho, sino porque no hay aún una forma económicamente rentable de recuperarlo.

Desde el uso de biocombustibles como el etanol, hasta la pilas de hidrógeno, estas tecnologías –ya existentes tanto en vehículos como en mini-plantas de producción y venta final conjunta– son las que producen el desplazamiento de buena parte de los actuales combustibles del transporte. El proceso final de una economía del transporte con el hidrógeno puro como combustible, en términos económicos pudiera ser mucho más rápido de lo que fue la sustitución del carbón por el petróleo, ya que no requeriría grandes plantas de conversión, ni extensas redes de distribución. La producción puede ser desconcentrada por electrolisis si ese llega a ser más rentable que concentrada por recuperación a partir de gas, y es factible en la medida que el transporte es complejo y costoso. Pero sin importar de que combustible, tecnología o mecanismo de sustitución o plazo futuro hablemos, primero tiene que se económicamente rentable y eso aún no ocurre más que parcialmente. Por factible que parezca, a mediano o largo plazo, que esa sea la pila de combustible la tecnología que sustituya la gasolina por hidrógeno, como principal combustible automotor, y parece muy factible, es sólo una probabilidad entre otras. Lo que si es completamente claro es que la eventual sustitución del petróleo, como principal fuente de combustible para la industria y el transporte, no significará que se dejará de emplear el crudo para otra infinidad de usos.

El punto es que la sustitución tecnológica en el mercado de bienes de orden superior será siempre muy anterior al agotamiento físico de insumos particulares, debido a que en la medida que un recurso se torna  relativamente escaso –y el pico es la señal económica muy anticipada de esa escasez relativa– de mantenerse la demanda inalterada, su precio se eleva, y como consecuencia de ello se generan tres tipos de oportunidades, que se pueden ilustrar cómodamente, siguiendo con el ejemplo del combustible:

 

·    Como hay una demanda potencial de mejores motores: Las existencias, en términos de remanente disponible para un tiempo estimado, dependen de la eficiencia relativa de los procesos en los cuales se utilizan; en los combustibles, por ejemplo, en la medida que se hacen más eficientes los motores, la sustitución de los viejos motores por los nuevos, equivale al incremento virtual de las reservas no explotadas de combustible, de mantenerse inalterados todos los demás factores concurrentes. Esto último no ocurrirá realmente; y es probable que motores más eficientes estimulen un mayor uso de los mismos, pero por lo general, este mayor uso tenderá a consumir combustible, por debajo del umbral del consumo total previo al cambio tecnológico.  Eso empuja el pico hacia adelante en el tiempo, lo que puede bajar nuevamente los precios a corto plazo, de ahí la anunciada mayor volatilidad de estos.

·     Se estima que se realizará nueva oferta a precios más altos: Los incrementos de precios de un bien, cuando son causados por su escasez relativa, implican menores riesgos en nuevas inversiones en su producción, que cuando son causados por el incremento de la demanda –el riesgo es ante todo un costo– lo que favorecerá la explotación económica del recurso sub-marginal real; y así se incrementan las existencias, en la medida que tal producción pasa a tener la capacidad económica de sumarse a la oferta. También hay entonces estimulo económico para la innovación tecnológica, por las oportunidades de incremento de la producción del recurso sub-marginal potencial. Y el ejemplo obvio de esto, en medio del de los combustibles, sería un taladro que pueda llegar mucho más profundo que los existentes. En los dos casos, se extiende el pico hacia el futuro, pero los bajos precios incrementaran la demanda, y la demanda incrementada empuja el precio al alza, con esta volatilidad y aún con la esperanza de alcanzar nuevamente el pico, la inversión de largo plazo en la explotación sub-marginal y la refinación misma ser tornan financieramente más riesgosas, lo que puede producir desinversión en la transformación y con ello eventuales cuellos de botella ante incrementos de la demanda real.

·     Hay una demanda potencial de otro combustible más barato: En la medida que el precio se eleva, el costo de su sustitución del bien se reduce, más o menos, proporcionalmente. Así crece el estimulo empresarial hacia la búsqueda de la oportunidad, por medio del aprovechamiento de algún bien alternativo. La oportunidad, siguiendo con el ejemplo del combustible, puede estar tanto en un combustible sustitutivo de menor costo para los mismos motores, como en nuevos tipos de motores que puedan lograr los mismos resultados, a igual o menor costo, con otro combustible diferente. Lo que nos conduce a lo mismo con el pico y las señales económicas, pero también a que el tipo de señales económicas que produce el pico en su elasticidad impulsan a la inversión hacia fuentes de energía diversificadas en un proceso de sustitución en el que las oportunidades superan con mucho los riesgos.

 

Porque de la demanda no es de combustible; es, por ejemplo, de transporte. Y la demanda de transporte no es más que la demanda de trasladar, cosas o personas, de un lugar a otro, más rápida, cómoda y eficientemente. Esto es: al menor costo. Y en esa demanda de traslado, el que, cuando, dónde y para que, están en constante cambio por la acción, e interacción, de los personas. Comprender un poco mejor la naturaleza real de la demanda es la clave del significado económico del pico de Hubbert. Para nuestro caso, el punto es que desde los 70 aparecen esas señales en el mercado petrolero y se cruzan con los ciclos económicos que afectan la demanda real de energía. Las dos cosas son importantes para lo que seguiremos tratando en el siguiente artículo.

 
















3erPolo

 
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