www.guillermordriguez.net Venezuela: Socialismo, petróleo y pobreza |
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Si
sumamos todo lo que se produjo en bienes y servicios durante un año, y lo dividimos entre la población, tendremos un PIB per
cápita. Si comparamos este resultado de año a año, con ciertas previsiones estadísticas, tendremos una curva que nos dirá
si de año en año, la población aumento más que el producto, y por ende se empobrece en promedio neto la gente; o si el producto
aumentó de año en año más que la población y por con ello se enriquecen, en promedio, las personas. En
el caso de Venezuela, esa curva de largo plazo presenta varias décadas de notable crecimiento sostenido, con altibajos ciertamente,
pero con una tendencia clara al alza hasta los años 70, en esa década el crecimiento se ralentiza, hasta que a finales de
la misma se inicia una tendencia a la caída, también con altibajos y también con una clara e indiscutible tendencia a la caída. Ni
las políticas de apertura de los años 90, ni las políticas de intensificación del socialismo de la primera década de este
siglo –con un fuerte contenido de populismo– han cambiado esa tendencia. Si
se toma la población económicamente activa, en lugar de la población total, el capital no residencial en lugar del producto,
o en general cualquier forma estadísticamente razonable de medir el capital invertido por trabajador, que a la curva anterior
se corresponde otra en la que vemos primero la acumulación y luego la des-acumulación de capital –nuevamente como tendencias
sostenidas– de capital. Esta
muy claro que estamos en una especie de economía Maltusiana, en la que la población crece más aprisa que los recursos, sin
que nuestra población crezca en forma particularmente diferente de la de países que se siguen enriqueciendo, ni particularmente
diferente que el de períodos de previo y sostenido enriquecimiento. El problema no es tanto que seamos más, sino que producimos
menos. Y la causa hay que encontrarla en algo que cambio en la economía venezolana en la década de los años 70, sin descartar
que el fenómeno tuviera causas anteriores en el tiempo que comenzaran a manifestarse entonces. Lo
que cambio fue que en agosto de 1975 se decretó la Ley que Reserva al Estado la Industria de los Hidrocarburos y enero de
1976 se puso esta en vigor naciendo la Industria petrolera estatal y localmente monopólica PDVSA. Esto no tiene mucho que
ver con la idea de un estado patrimonial, frente a un estado fiscal, ni con la dependencia o independencia funcional del Estado
del producto de la sociedad, pues los ingresos del Estado venezolano son mayoritariamente patrimoniales desde que el petróleo
pasa a ser la principal actividad económica del país, en la medida que el Estado venezolano es el propietario del subsuelo
por una tradición legal española, y por ello colonial, anterior incluso a la Llegada de Colón al Caribe. Así
las cosas, el punto clave de la economía interna, y lo que cambio en los años 70, fue que la principal industria del país,
la que representaba cerca de la mitad del PIB y más de la mitad del ingreso externo pasó al control directo del Estado, y
que ello ocurre en el mismo período en que ese mismo Estado asume o crea otras serie de grandes empresas gubernamentales en
areas asociadas a la minería, como las industrias del acero y el aluminio. Paralelamente, crea o asume, la propiedad directa
de bancos, navieras, y diversidad de empresas de producción y distribución de bienes y servicios. Antes de los años ´70 en
Venezuela, las empresas propiedad del Estado eran la excepción –pese a ser propietario directo del subsuelo en una economía
fundamentalmente minera– a partir de los años ´70 son la norma. Ahí esta la causa, la pregunta no es que causó el empobrecimiento,
sino: ¿Cómo una gigantesca inversión gubernamental en industrias estratégicas, finanzas y transporte, pudo ser la causa un
empobrecimiento sostenido de varias décadas en un país petrolero que jamás tuvo los problemas de falta de ahorro para realizar
inversiones? A grandes rasgos, el problema del Estado, el petróleo y la pobreza
en Venezuela no fue, en un principio, de falta de inversiones. Hay una gran inversión en empresas gubernamentales en todas
la cadena de producción, muy especialmente en las más alejadas del consumo final, y hay una gran inversión gubernamental en
servicios públicos más tradicionales, como infraestructura durante la década en que se alcanza el pico e inicia la caída del
ingreso por habitante en Venezuela. Como
la forma más simple y casi universalmente aceptada de definir el socialismo en economía es como el modelo que se basa en el
control estatal de los medios de producción, no sólo propiedad directa como el modelo soviético, sino control indirecto como
en las socialdemocracias occidentales. En Venezuela hablamos de un incremento del grado de socialismo, en forma directa y
clara, en los años 70. Y de un incremento crítico, pues pasó a ser socialista, si no la mayor parte en términos de población
activa, si la mayor en términos de recursos productivos empleados y divisas producidas. El resultado de la estatización de
las industrias del petróleo, el hierro, el aluminio, etc.etc., como de la abundante inversión gubernamental, fue el empobrecimiento
sostenido de la población. La paradoja aparente es que antes de eso, grandes inversiones del gobierno en infraestructura y
sanidad se corresponden con periodos de crecimiento acelerado de población y producto primero, pero con el del producto superando
claramente al de la población. Pero es solo aparente, pues la clave está en la cualitativa –no en la cuantitativa–
diferencia entre las inversiones del Estado durante las bonanzas petroleras antes de los años ´70 y a partir de entonces.
Otros tres factores importantes a considerar son, en primer lugar los cambios que el propio mercado petrolero experimentó[i] en la misma década, que casi seguramente hubieran tenido efectos notables sobre la economía Venezolana, que posiblemente
agravaron los problemas causados por el incremento del acelerado del grado de socialismo de nuestra economía en aquella década
crítica, en segundo el grado de control indirecto des Estado sobre el resto de economía a partir de entonces, ya que ahí estaba
la válvula de escape de la caldera del empobrecimiento socialista y esa válvula, se bien se abrió y cerró alternativamente
de acuerdo a las grandes crisis financieras del Estado, mostró también una tendencia clara a cerrarse de forma sostenida y
por último, pero no por ello menos importante, el que en términos institucionales un porcentaje creciente de la población
fuera excluido por las instituciones de esa llamada economía mixta del acceso real directo a los mecanismo de enriquecimiento
dela economía capitalista. Suficiente
para un primer artículo, pero partiendo de esta identificación estadística de las más probable causa fundamental, así como
de las más posiblemente relacionadas, no es difícil describir en un par de artículos más, como la teoría económica aclara
el porque tales causas condujeron a tales consecuencias. [i] La principal de ellas es que se alcanzó en los EE.UU.
el primer anunciado “pico de Hubbert” (apenas un par de años después de la fecha estimada por Hubbert) lo que
fue un factor clave en el inicio de un período de tendencia al alza del precio, pero también de mayor volatilidad
de los precios y por ende de picos y valles de precios altos y bajos inimaginables hasta entonces. Si bien la curva de
Hubbert ha resultado en varios sentidos una medida elástica, y en ciertas condiciones notablemente elástica, lo más importante
de ella sigue siendo la correcta identificación de las señales económicas que se disparan en la minería cuando los descubrimientos
de nuevas reservas, técnica y económicamente explotables, crecen más lentamente que el consumo previsto: Aumentos de precios
que tienden a transformar la producción sub-marginal en marginal, lo que a su vez empuja modifica la curva empujando el pico
al futuro; nuevas oportunidades empresariales puras en fuentes competidoras de energía, así como en la eficiencia de las tradicionales
y volatilidad en los precios que tiende a profundizar los efectos de los ciclos económicos sobre la industria de los hidrocarburos,
generando en el riesgo de una pronunciada desinversión acumulada durante las recesiones cíclicas y/o caídas
de precios por otros factores, lo que tiende a producir un circulo vicioso de volatilidad de precios que genera desinversión,
la cual a su vez potencia la volatilidad creciente de precios. |
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