www.guillermordriguez.net Ni más, ni menos: Comentarios desde un camino al socialismo |
|||||
|
||||||||||||||||||||||
Hay asuntos recurrentes en la discusión política venezolana: El alto costo de la vida. La inseguridad creciente. El gobierno que incumple sus promesas. Deuda pública, devaluación,
controles y descontroles... y un largo etcétera de temas que se repiten gobierno tras gobierno, y que ponen y sacan gobiernos...
con los votos aún, aunque fue el actual presidente electo reinauguró el intento de golpe fallido dos veces... y los enemigos
que más se le parecen, hasta en eso se le quisieron parecer, tanto por golpistas como por fallidos. Lo nuevo es la voluntad
de mantener el poder al mismo caudillo indefinidamente de lo que depende el actual partido de gobierno para existir como fuerza
política, o al menos eso piensan ellos erróneamente, lo que en última instancia, considerando que tienen en efecto el poder
es para los efectos inmediatos: exactamente lo mismo que si fuera acertado. Al estudiar las particularidades de la ideología
socialista de quienes hoy gobiernan se puede saber lo que harán, o al menos lo que intentarán, en la medida de, no de lo posible,
sino de lo imposible. Como cualquier otro proyecto socialista requieren de represión, en la medida de lo posible y en todos
los ámbitos, propaganda abrumadora para “transformar” la mentira mil veces repetida en verdad en la mente de los
gobernados… y la creación de un “hombre nuevo” por medio de un Estado totalitario. Ni más ni menos. Obviamente
están aún lejos de esos objetivos, pero menos lejos que hace una década cuando llegaron al poder; obviamente el objetivo final
es inviable y colapsaría por si mismo eventualmente, cosa que ni impidió, ni impide, ni impedirá intentarlo al coste que sea
porque “de lograrse” garantiza el poder absoluto por muchas décadas… así que, mientras vemos como se intenta
pasar del mercantilismo al socialismo a punta de elecciones, veremos si el asunto colapsa en el camino o en el destino…
décadas más décadas menos, costes humanos y materiales más… o menos. Es sólo eso. Eso que es importantísimo para quienes
lo vivimos, y que sin embargo… en la perspectiva de tiempo del imposible que se insiste en intentar sigue siendo, al
igual que cada uno de nosotros o aún que todos, muy poca cosa. En el camino al imposible, por una vía más o menos novedosa,
ocurren cosas que quizás no ocurrían en las vías conocidas del siglo pasado… algunas similares, otras diferentes…
otras peculiares y la mayoría destructivas material y moralmente… ni más ni menos. La economía venezolana se puede resumir en una única lección: Redondeando; el gobierno es dueño de algo cercano al 80% de las divisas que ingresan al país, y el gobierno gasta 50%
más de lo que le ingresa. Algo cercano al 80% del gasto del gobierno está comprometido en bolívares. Si el gobierno devalúa,
recibe más bolívares por sus dólares y puede cubrir su enorme déficit, pero cada vez que devalué, un mayor número de bolívares
con igual o menor número de bienes y servicios producidos, significará aumentos en los precios... impopulares para quien depende
de los votos. El gobierno entonces no devalúa, o devalúa menos de lo que necesitaría, pero como sigue sin tener de donde cubrir
su enorme gasto, pide prestado para pagar... y tarde, mal y nunca... paga. Pero la deuda significa intereses, intereses cuyo
servicio ya podía andar por el 40% del presupuesto, cuando el petróleo se vendía a más de 80 dólares por barril, y nuestro
ministro de finanzas pidió dinero prestado para pagar los intereses de las deudas anteriores. ¿Será más complicado en asunto
con el petróleo o menos de 40 dólares por barril?. Obvio, pero no tanto el que el presupuesto no es el que se presenta anualmente
en el monocolor parlamento. El presupuesto es el gasto real que los monocolores diputados saben que es, no menos de 40% superior
a lo presentado (deben saberlo si año tras año aprueban créditos adicionales casi desde el primer día por una magnitud total
de tal orden) y los fondos especiales bajo control directo del ejecutivo son de una magnitud similar. El presupuesto real
es cercano al doble del presentado, el presentado requería de un precio del petróleo del orden de los 60 dólares por barril;
el real requeriría cerca del doble de ese precio. Ni más ni menos. Por eso ya se empezó a devaluar, pero sin decirlo. La matemática
del asunto es simple: Si la mayoría de las importaciones se pagan con dólares al tipo oficial, y los otorgamientos de dólares
para dichas importaciones se retrasan primero y luego se reducen en un significativo porcentaje… y si el gobierno vende
en bolívares con sobreprima títulos de deuda pública denominados en dólares que es legal vender de inmediato con descuento
fuera del país… se importará pero al tipo de cambio implícito mayor (del que la censura legal prohíbe informar cual
es públicamente) con lo que se habrá devaluado “a escondidas” en una porción similar al recorte del otorgamiento
de divisas preferenciales… ni más ni menos. La cosa es que, oculta como está, la devaluación también es insuficiente.
Se la oculta porque mientras más oculta, más fácil es para la propaganda culpar a alguien más que al gobierno del aumento
de precios que su política produce… al final los mecanismos de control de precios requieren mecanismo de racionamiento…
que para efectos del que no puede comprar lo que quiere es lo mismo que la inflación… pero a escondidas… ni más
ni menos… Así que escondida o no… todo depende de lo que los ministros del ramo mediante la “ingeniería
financiera” que hasta ahora ha logrado la doble “proeza” de ocultar la devaluación ya ejecutada al tiempo
que se coloca deuda pública ¡local e incluso de aliados foráneos! por casi cada dólar “paralelo legal” que se
coloca. Pero como se teme al impacto de precios y al desabastecimiento, por mucho que la propaganda se invente villanos para
justificarlo, se tiende a aguantar incluso la devaluación escondida… y tanto como se aguante la devaluación hoy... mayor
será –escondida o no– mañana. Tanto como no se pague lo que se debe hoy, mayor será el peso de esa deuda mañana.
¿Y quién paga por todo este desbarajuste? Pues la gente decente y trabajadora que ve sus ingresos desvanecerse, sus ahorros devaluarse y su futuro ennegrecerse...
y que terriblemente equivocada sobre las causas y soluciones de las políticas públicas que le afectan, votó muchas veces por
un cambio... que hasta la fecha le deja siempre peor que antes. Ni más ni menos. |
||||||||||||||||||||||
|
||||||||||||||||||||||