www.guillermordriguez.net La alternativa democrática |
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Si gobierno y oposiciones (singular y plural como realmente corresponden) hicieran la única lectura democrática posible
de los dos últimos referendos (muy cercanos en el tiempo) tendríamos claro que a estas alturas la mayoría que rechazó en las
urnas el proyecto del socialismo del siglo XXI aceptó en las urnas la posibilidad de mantener en el poder al máximo caudillo
de tal socialismo por mucho más de una década. Posibilidad no es certeza y el cruce de resultados de los dos eventos no da
otro resultado de interpretación más claro que ese. Por desgracia el caudillo toma y proclama este resultado como lo que no es, un mandato mayoritario para construir el
socialismo. Y las oposiciones mayoritariamente carentes de claridad ideológica no terminan de leer tampoco el cruce de
resultados, ocupadas en ver única y exclusivamente algo tan frágil como avances relativos de la votación, difíciles de
traducir claramente a un polo unificado para elecciones parlamentarias. Si el próximo parlamento tuviese la misma votación
que el NO o aún 10% más, diluida entre varios movimientos con listas y candidatos diferentes, cosa democráticamente lógica
y natural cuando se trata de personas con diferentes concepciones de lo político y social y respetuosas del pensamiento diverso…
mientras del otro lado sacaran lo que sacó esta vez el SI o 10% menos, pero con una lista única de candidatos obedientes a
una sola voz y por ella nombrados tales: El resultado sería una enorme desproporción entre los votos y su representación.
Esa es la realidad del enfrentamiento político entre la diversidad respetuosa del pensamiento ajeno y el totalitarismo si
los dos juegan con las reglas de la democracia. El abuso de poder del Estado en tal juego es tan consustancial al socialismo
en el poder que abrumador y grosero que resulte no es noticia. En una elección presidencial en cambio, la polarización entre dos candidatos, sin importar cuantos se presenten, está
obviamente garantizada en un escenario político y constitucional como el que
quedó aprobado para mucho tiempo tras el reciente referéndum. Ante ello la idea de lideres providenciales, especie de “caudillo
alternativo” se desvanece ante la más simple, clara y nítida lectura de la realidad política que sale de dos eventos
electorales cercanos en los que se cruzan caudillo e ideología y se someten conjunta y separadamente al voto. Claro y simple, el caudillo “al que nadie ve alternativas viables” concita más apoyo que “el socialismo
del siglo XXI” al que casi nadie presenta alternativas que no sean diferentes de una versión moderada del mismo. La verdad es que el socialismo en todo tiempo, lugar y versión lo único que produce es destrucción material y moral,
pero en versiones democrático populistas puede repartir amplia y clientelarmente un producto decreciente, al tiempo que dificulta
la creación independiente de riqueza, haciendo a capaz crecientes de la población críticamente dependientes de tal reparto…
Es muy diferente del socialismo que llega al poder por la fuerza y toma el control directo de los medios de producción, en
donde la dependencia de la población del estado es total y alcanza al 100% de la misma. Pero se parece peligrosamente para
los que en tal situación de dependencia caen. Así las cosas, la respuesta es
simple, pero requiere de mucho trabajo: Preséntese, defiéndase y popularizase una real alternativa de capitalismo popular
que empiece con la transferencia directa, gratuita y universal de los activos mercantiles del Estado a la población (exactamente
el camino contrario al de la construcción del socialismo) y de ese proyecto realmente alternativo al socialismo del siglo
que sea saldrán solidas mayorías crecientes, liderazgos políticos y sociales mejores con una nueva y clara visión de país en
la clara y realista esperanza compartida de un camino claro a la prosperidad, la libertad y la autonomía personal para todos,
sin exclusión ni dependencia alguna. Con eso y de eso, que es la alternativa al proyecto, no será difícil que surja una real
y poderosa alternativa democrática al caudillo. Eso, y sólo eso, es la garantía de una fuerza nueva, capaz
de iniciar un camino de real prosperidad para todos, que llegará indeteniblemente al poder por medios electorales. Sin
eso, la verdad es que el juego está trancado para los dos grades polos (de muy similar tamaño relativo) en que finalmente
quedó claramente divido el país tras la evidencia de tres muy cercanos eventos electorales… y un juego trancado en un
país polarizado con un único caudillo de verbo incendiario que se afianzó en el abuso del poder por la vía del reparto clientelar
en la mayor bonanza petrolera de nuestra historia, (bonanza que por ahora llega a su fin, mientras el ingreso petrolero real
del Estado se reduce en más de 50%)y que justo ahora insiste, contra toda evidencia, en adelantar como sea un proyecto ideológico
electoralmente rechazado, absolutamente inviable y obviamente desastroso, es por lo menos, una situación simplemente insostenible. |
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