www.guillermordriguez.net Más socialismo es más miseria |
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Ya
que de más socialismo se trata, pues todo se reduce a que el socialismo es inviable, porque es contrario a la naturaleza
humana, y que todo intento de implementar lo inviable en una sociedad se saldará en mayor o menor grado, más tarde o
más temprano, en destrucción y miseria material y moral. Es algo a considerar antes y después de leer y releer todos los artículos
del proyecto de reforma constitucional que se inició en Venezuela con la propuesta del Presidente Muy
a tono con sus antecesores y contemporáneos socialismos radicales, la atornillada de éste pretende armarse en torno a la permanencia
en el poder del un Supremo Caudillo vitalicio, cosa por demás importante para un PSUV que ante el riesgo –por
pequeño que parezca hacerse con el tiempo– de los eventos electorales que aún requiere, se encuentra con que de la infinidad
de miles de dirigentes que tiene, sus bases únicamente confían en uno… por lo que poner a cualquier otro como candidato
a Presidente en el futuro les produce un absoluto terror, que bien sirve para racionalizar el apoyo irrestricto a la ambición
de aquél por el mando vitalicio. ¿Qué
significa todo ello junto en el contexto de ¿Eso
se detendrá votando NO? Me gustaría responder afirmativamente sin la menor duda, pero cuando veo a una parte numéricamente
no despreciable del viejo socialismo opositor, como es histórico partido Acción Democrática, en la misma línea abstencionista
y seudo insurreccional de otros grupos muchísimo menores que aquél partido, aún en su debilitado estado actual, por
una parte. Mientras por la otra veo a los políticos que impulsan en el NO completamente carentes de propuestas alternativas
serias, incapaces de oponerse radicalmente al socialismo –que en el fondo comparten como ideología con el que
manda ahora, al igual que los seudo insurrectos– me temo que para nuestra desgracia ni una ni otra posición
lograrán parar la reforma... por el simple hecho de que una y otra tendrán seguidores. ¿Hay
una tercera opción? Sin duda, pero hoy aún no tengo la certeza personal que sea la correcta en las actuales circunstancias. Porque si bien es cierto que la reforma es un fraude, en toda línea, primero
y principal, porque en nada positivo incidirá sobre los verdaderos problemas de la población, que van de la inflación y escasez
de productos al desborde de los delitos contra bienes y personas; segundo y muy secundario, porque el grado de profundización y radicalización del socialismo en el nuevo texto es tal, que ateniéndose
a la propia bicha el mecanismo para tan tremenda vuelta de tuerca no podía ser la de una simple reforma... cosa que en última
instancia poco importa si el Tribunal Supremo es lo que parece ser. No por ello es menos cierto que a más socialismo
un liberal coherente difícilmente puede responder algo diferente de NO, independientemente de que ello significaré
acompañar la posición general de un variopinto sector político que el que poco o nada comparte. Llamar a la abstención, a
fin de cuentas, sería acompañar también a un variopinto sector con el que menos aún se comparte... y una tercera posición
carecería en mi opinión de sentido ético y dignidad política, por las mismas razones que el pasado reciente estuviera repleta
de aquellas. En
otro distinto y distante punto: ver al ciudadano General retirado Baduel, chavecista de primera línea, dando una rueda
de prensa contra la reforma, más que alegrarme me preocupa... Ustedes disculparán pero lo de Arias no se me olvidará jamás
–aunque no lo apoyé– y menos deberían olvidarlo quienes si lo apoyaron. Y aún
suponiendo que éste sea mucho más honesto y honorable que aquél, no me cabe duda que Baduel cree firmemente el proyecto socialista
que se plasma en Nos
tocaron malos tiempos, y serán peores... pero hay una luz al final del túnel, porque si algo podemos tener claro es que así
como el socialismo –en cualquiera de sus formatos– es intrínsecamente inviable y termina por colapsarse
a sí mismo... aún sin ayuda. No es menos cierto que la generalizada y grosera corrupción que fuera uno de los síntomas
del principio del fin del totalitario socialismo soviético, acompaña al socialismo del siglo XXI venezolano desde de su nacimiento
como un cáncer generalizado. Sería
extraordinario que éste año se cerrase con una derrota electoral del gobierno socialista en su proyecto de reforma, pero aunque
creo que quienes desconfían de esta reforma esta vez sí son en realidad la mayoría de los votantes, no veo claro que eso sea
hoy suficiente hoy para que, como prometía el último de la lista de fracasados líderes del socialismo opositor, el inefable
Gobernador Rosales, “ganen y cobren”. Y si no lo veo claro para lo primero, por la simple existencia de un abstencionismo
que me temo sea nuevamente más numeroso entre quienes pudieran votar, NO que entre quienes pudieran votar SI, mucho menos
para lo segundo. Pero
lo más importante es que ni ganándola ni perdiéndola será esta la “batalla final” que de perderse
significaría que el Socialismo del Siglo XXI empezará la imparable construcción de un “Reich” de mil años... ningún
poder socialista dura demasiado... y menos uno que se apoya en boligarcas que andan en Hummer y Audi. Así que es
necesario recordar mientras todo se obscurece a nuestro alrededor, que hay que mantener y acrecentar la luz de una esperanza
por un futuro mejor, de real prosperidad y libertad para todos... el futuro del capitalismo popular venezolano, porque nunca es tanta la oscuridad como en el instante antes de un nuevo
amanecer. |
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