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Más socialismo es más miseria














Guillermo Rodríguez G.





3erPolo
















Los Liberales inteligentes adoptan la palabra partido como necesaria,
los asustadizos, los aprovechadores y los eternos inconformes la rechazan como peligrosa
y a fuerza de rechazarla, se convierten en juguetes de los hombres diestros
de todos los partidos y de aquellos que medran de estos 
Tomas Lander

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Ya que de más socialismo se trata, pues todo se reduce a que el socialismo es inviable, porque es contrario a la naturaleza humana, y que todo intento de implementar lo inviable en una sociedad se saldará en mayor o menor grado, más tarde o más temprano, en destrucción y miseria material y moral. Es algo a considerar antes y después de leer y releer todos los artículos del proyecto de reforma constitucional que se inició en Venezuela con la propuesta del Presidente la República y Supremo Caudillo del socialismo en Venezuela, más los que agregó de su cuenta la Asamblea Nacional de 99% de diputados del partido del dicho caudillo supremo socialista… me dediqué a contrastar la reforma con la bicha vigente, en su por demás socialista estado actual, y concluyo que se trata simplemente de tres vueltas de tuerca para apretar la transición a un socialismo más radical:

 

  1. La primera vuelta de tuerca, y la más importante en mi opinión, es el enorme retroceso formal en materia de derechos humanos, hacia el tipo de arbitrariedades que consagraba la Constitución del 1961, con la que quienes mandaban podían suspender indefinidamente garantías constitucionales cuando desearan… y para muestra está el botón de la suspensión de la garantía económica por casi 30 años en una constitución que apenas llegó a los 40.
  2. La segunda es el abrogarse el Estado el derecho de ocupar propiedad expropiada antes de un sentencia judicial firme –cosa que se ha hecho abusivamente, pero que ahora se podrá hacer legalmente– aún cuando estén vigentes la garantías.
  3. La tercera es “nominalista” pero el nominalismo, aunque lo parezca, no es inocuo en un gobierno socialista.  El denominar socialista al Estado y sus instituciones, así como el inventarse que las formas de organización conocidas de la propiedad plural no son formas de ejercer la propiedad privada contractualmente, sino “nuevas” formas de propiedad, lo que nos dice es que se instituirá una Ideología de Estado Oficial de carácter más o menos obligatorio.

 

Muy a tono con sus antecesores y contemporáneos socialismos radicales, la atornillada de éste pretende armarse en torno a la permanencia en el poder del un Supremo Caudillo vitalicio, cosa por demás importante para un PSUV que ante el riesgo –por pequeño que parezca hacerse con el tiempo– de los eventos electorales que aún requiere, se encuentra con que de la infinidad de miles de dirigentes que tiene, sus bases únicamente confían en uno… por lo que poner a cualquier otro como candidato a Presidente en el futuro les produce un absoluto terror, que bien sirve para racionalizar el apoyo irrestricto a la ambición de aquél por el mando vitalicio.

 

¿Qué significa todo ello junto en el contexto de la Venezuela de Hoy?... Antes hay que recordar que lo económico aquí es de enorme importancia, ya que de una parte el gobierno a caído nuevamente en la trampa del anclaje cambiario de la inflación, que es pan para hoy y hambre para mañana... y a fin de cuentas es lo que colapsó el viernes negro con el fin del tipo de cambio fijo de 4,30. Pero en un contexto de socialismo radicalizado, control de precios, y racionamiento de divisas, se puede sostener el anclaje cambiario por un periodo prolongado ampliando cada vez más el racionamiento a los productos. No menos importante es el creciente espacio que la centralización del poder socialista deja abierta, especialmente con la “nueva geometría del poder” para hacer negocios mercantilistas a dedo con privilegiados socios de capital internacional y el Estado regido por un supremo caudillo con arrestos de vitalicio. El significado que hay que concluir de tales evidencias es que estamos ante el predecible inicio de una escalada de violencia represiva, ni más ni menos –De hecho ya estamos viendo los síntomas en la calle– Escalada que incluye desde la represión creciente por medio de policías y militares contra las manifestaciones de calle, además del uso del poder judicial como legitimador de aquello, hasta la represión por medio de la autoridad fiscal, cambiaria y en general regulatoria a los enemigos del poder... grandes negocios para la oligarquía roja rojita, que ya hace caravanas partidistas en camionetas y motos de súper lujo, y pobreza creciente para unas mayorías cada día más dependientes de la limosna de un clientelismo político masivo e institucionalizado que se torna cada vez más su única y escasa  esperanza a falta de un discurso político opuesto.

 

¿Eso se detendrá votando NO? Me gustaría responder afirmativamente sin la menor duda, pero cuando veo a una parte numéricamente no despreciable del viejo socialismo opositor, como es histórico partido Acción Democrática, en la misma línea abstencionista y seudo insurreccional de otros grupos muchísimo menores que aquél partido, aún en su debilitado estado actual, por una parte. Mientras por la otra veo a los políticos que impulsan en el NO completamente carentes de propuestas alternativas serias, incapaces de oponerse radicalmente al socialismo –que en el fondo comparten como ideología con el que manda ahora, al igual que los seudo insurrectos– me temo que para nuestra desgracia ni una ni otra posición lograrán parar la reforma... por el simple hecho de que una y otra tendrán seguidores.

 

¿Hay una tercera opción? Sin duda, pero hoy aún no tengo la certeza personal que sea la correcta en las actuales circunstancias.  Porque si bien es cierto que la reforma es un fraude, en toda línea, primero y principal, porque en nada positivo incidirá sobre los verdaderos problemas de la población, que van de la inflación y escasez de productos al desborde de los delitos contra bienes y personas; segundo y muy secundario,  porque el grado de profundización y radicalización del socialismo en el nuevo texto es tal, que ateniéndose a la propia bicha el mecanismo para tan tremenda vuelta de tuerca no podía ser la de una simple reforma... cosa que en última instancia poco importa si el Tribunal Supremo es lo que parece ser. No por ello es menos cierto que a más socialismo un liberal coherente difícilmente puede responder algo diferente de NO, independientemente de que ello significaré acompañar la posición general de un variopinto sector político que el que poco o nada comparte. Llamar a la abstención, a fin de cuentas, sería acompañar también a un variopinto sector con el que menos aún se comparte... y una tercera posición carecería en mi opinión de sentido ético y dignidad política, por las mismas razones que el pasado reciente estuviera repleta de aquellas.

 

En otro distinto y distante punto: ver al ciudadano General retirado Baduel, chavecista de primera línea, dando una rueda de prensa contra la reforma, más que alegrarme me preocupa... Ustedes disculparán pero lo de Arias no se me olvidará jamás –aunque no lo apoyé– y menos deberían olvidarlo quienes si lo apoyaron. Y aún suponiendo que éste sea mucho más honesto y honorable que aquél, no me cabe duda que Baduel cree firmemente el proyecto socialista que se plasma en la Constitución vigente... a él le preocupa acaso el “contenido” político del socialismo al que nos empujan... a mi que ningún socialismo tiene más contenido real que la pobreza creciente.

 

Nos tocaron malos tiempos, y serán peores... pero hay una luz al final del túnel, porque si algo podemos tener claro es que así como el socialismo –en cualquiera de sus formatos– es intrínsecamente inviable y termina por colapsarse a sí mismo... aún sin ayuda. No es menos cierto que la generalizada y grosera corrupción que fuera uno de los síntomas del principio del fin del totalitario socialismo soviético, acompaña al socialismo del siglo XXI venezolano desde de su nacimiento como un cáncer generalizado.

 

Sería extraordinario que éste año se cerrase con una derrota electoral del gobierno socialista en su proyecto de reforma, pero aunque creo que quienes desconfían de esta reforma esta vez sí son en realidad la mayoría de los votantes, no veo claro que eso sea hoy suficiente hoy para que, como prometía el último de la lista de fracasados líderes del socialismo opositor, el inefable Gobernador Rosales, “ganen y cobren”. Y si no lo veo claro para lo primero, por la simple existencia de un abstencionismo que me temo sea nuevamente más numeroso entre quienes pudieran votar, NO que entre quienes pudieran votar SI, mucho menos para lo segundo.

 

Pero lo más importante es que ni ganándola ni perdiéndola será esta la “batalla final” que de perderse significaría que el Socialismo del Siglo XXI empezará la imparable construcción de un “Reich” de mil años... ningún poder socialista dura demasiado... y menos uno que se apoya en boligarcas que andan en Hummer y Audi. Así que es necesario recordar mientras todo se obscurece a nuestro alrededor, que hay que mantener y acrecentar la luz de una esperanza por un futuro mejor, de real prosperidad y libertad para todos... el futuro del capitalismo popular venezolano, porque nunca es tanta la oscuridad como en el instante antes de un nuevo amanecer.

 
















3erPolo

 
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