www.guillermordriguez.net Globalización capitalista: ¿El umbral de un mundo nuevo? |
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Es posible que el capitalismo en realidad esté en
el umbral de su definitiva globalización, pero de ser así, ello implica algo tan inconmensurable y extraordinario que la casi totalidad de quienes hablan hoy de “globalización” no pueden siquiera
imaginar. Quizás nos encontremos en el umbral de un fenómeno histórico tan o más importante que la revolución industrial,
un fenómeno que borraría todo lo que damos por hecho, como referencia política y económica convencional, y modelaría unas
nuevas relaciones de poder entre los Estados y unos nuevos flujos de inversión, comercio y consumo en direcciones hasta hace
poco inimaginable y magnitudes que nos resultan tan inconmensurables en nuestra estrecha visión de hoy, que apenas podemos
imaginar algunas de las más evidentes consecuencias de que tal fenómeno llegase a ocurrir realmente en nuestro tiempo. Un
ejemplo es que aún entendemos el mercado energético en términos del acaparamiento del petróleo barato a nivel global
por los petroestados miembros de la OPEP para especular con el alza de precios, y la producción alternativa de petróleo
caro por inversiones paralelas en el resto del mundo, mientras imaginamos -como promesa o ameza- una eventual
“sustitución del petróleo” por alguna otra fuente de combustible en el futuro. Pero en realidad
es muy posible que nos dirijamos a un nuevo mercado energético con una demanda tan enorme que la oferta de múltiples fuentes
crecientes de energía paralelas crezca hasta llegar a espacios de mercado mucho mayores que los que ocupa el petróleo
hoy, al tiempo que el mercado petrolero sigue creciendo paralelamente por muchas décadas sin ser capaz de satisfacer
la nueva demanda de energía y sin atisbo de desaparecer del mapa por mucho tiempo, pues el crecimiento de economías
emergentes como China, India y Malasia puede conducir efectivamente a que en dichos mercados la mayoría de la población acceda
en las próximas décadas a niveles de consumo similares a los de la Europa Occidental contemporánea, en la medida que sus nuevos
marcos institucionales puedan integrar la totalidad de su población en el desarrollo capitalista moderno sin generar grandes
economías informales paralelas por el alto de la legalidad que prevalece en Rusia, gran parte de la antigua orbita soviética
y el mundo en vías de desarrollo, como lo explica Hernando De Soto: “La crisis del capitalismo fuera de los países
avanzados no se debe a que la globalización internacional esté fracasando sino a que los países en vías de desarrollo y los
que salen del comunismo no han podido “globalizar” el capital en sus territorios. La mayor parte de las personas
en estos países ve al capitalismo como un club privado, un sistema discriminatorio que solo beneficia a occidente y a las
elites que viven dentro de las campanas de vidrio instaladas en los países pobres. Puede que más personas en el mundo estén
calzando zapatillas Nike y exhibiendo relojes digitales, pero aun mientras consumen mercadería moderna son harto conscientes
de que todavía deambulan por la periferia del juego capitalista, si participación real en él.” Porque sí no es
por la vía de los enclaves capitalistas privilegiados en economías socialistas primitivas empobrecidas, sino por la del capitalismo
popular integral –no exento de grandes dificultades ciertamente, pero capaz de producir riqueza para todos– que
se desarrolla a gran escala el capitalismo asiático, ahí dónde hasta hace pocos años sólo habían restos de economías precapitalistas
solapándose con socialismo y pobreza, la globalización capitalista finalmente será indetenible en la medida que otras grandes
economías emergentes asiáticas primero, pero finalmente africanas y sudamericanas también, surgirán emulando el proceso de
aquellas en la medida que sea exitoso. De hecho los problemas políticos e institucionales
sobre la titularidad, propiedad e instituciones que sufre el tercer mundo y los restos del imperio soviético son prácticamente
los mismos que sufrían los EE.UU. hace 100 años; de solucionarlos de similar forma su crecimiento económico llegaría a ser
equivalente. El aumento del consumo en Asia ocurre porque miles
de millones de personas están pasando de la leña, los candiles, la tracción de sangre y las bicicletas a la luz eléctrica,
los electrodomésticos y el transporte automotor. Hasta 1985 el 7% de las familias de Aún es apenas una posibilidad, la historia
no está predeterminada en forma alguna por fuerzas místicas como creen sus falsos profetas, pero es un ideal por
el que vale la pena luchar y un futuro que vale la pena construir, aquí y ahora. Después de todo, tampoco estamos
predestinados a llegar siempre de últimos, pudiéramos colocarnos en poco tiempo en la primera línea de una nueva revolución
capitalista popular y producir niveles de prosperidad para todos los venezolanos que hoy no se pueden siquiera imaginar...
o podemos optar mayoritariamente por el socialismo y la consecuente miseria material y moral en que nos hundirá hasta
que finalmente colapse por su intrínseca inviabilidad. Esas son nuestras opciones. |
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