www.guillermordriguez.net Tarde piaste Teodorito |
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Que
la candidatura presidencial de Teodoro Petkoff Malec es la garantía indiscutible de la reelección del presidente,
y jefe supremo del verdadero socialismo venezolano, Hugo Chávez es tan obvio que no vale la pena
perder tinta y papel en ahondarlo. Pero, que el socialista del siglo pasado se dedique a tergiversar, las ideas que “adopta”
ya es otro asunto. En política, y más aún en campaña, que un candidato tome ideas y propuestas ajenas, y haga de ellas un
saco, sin tomarse la molestia de mencionar a quienes las desarrollaron; forma parte de las reglas del juego. Son más reglas
de boxeo que de críquet. El problema es que Petkoff Malec: ¡le echa la maldición gitana de la Europa oriental! a todo
lo que adopta. Y ahora, en un desesperado intento patéticamente populista de darle oxigeno a su inviable (y socialistamente
anti-histórica) nuevamente repetida aspiración presidencial. Adoptó, muy tarde y muy mal, una idea, un proyecto, del
que probablemente dependa el futuro de Venezuela. Es
importante que esta idea no se pierda en el inevitable naufragio del candidato del socialismo del siglo pasado. De hecho,
no tendría que ser así. A fin de cuentas de esa candidatura (si es que llega
hasta el final, cosa que me sorprendería) exactamente igual que del resto de los proyectos que con exceso de fuegos de artificio,
y carencia de una alternativa ideológica, programática, y aún emocional, al socialismo del siglo XXI pretendieron la
ya incontables veces fracasadas “estrategia” de enfrentar al chavismo con una envejecida imagen de izquierda marginal
puntofijista fracasada. Se resumirá finalmente en agua de borrajas para muchos ilusos, y algunos dolarcitos en el bolsillo
de unos pocos vivos; nada más y nada menos que eso quedara de semejante candidatura. Aparte del magnifico servicio
que la misma le hará al jefe de los socialistas venezolanos de este siglo. Uno
entiende que en su etapa subversiva, el después pacificado, difícilmente pensara en el petróleo más que en términos de voladuras
de oleoductos. Por fortuna fue más lo que pensaron que lo que hicieron. Y también se entiende que profundamente preocupado
de asuntos tan críticos al destino del pueblo venezolano, como la desestalinizacion, la suerte del camarada Nikita Sergueievich
Kruschev, o la primavera de Praga; tan ilustre ideólogo del siglo pasado, y sempiterno candidato, no se paseara por la idea
de entregar la regalía petrolera a los ciudadanos. Estaba ocupado en cosas más “importantes”. De esas cosas “sin
importancia”, se ocuparon durante años, Monaldi, Cordeiro y Hernández, entre otros. Hay décadas de estudio y discusión
sobre el tema en Venezuela que van mucho mas allá de los tres ejemplos extranjeros,
distintos y distantes, que menciona el candidato socialista opositor del siglo
pasado, al gobierno socialista del presente. No existe proyecto de ley
alguno, sobre la materia, presentado por el hoy moribundo partido de Petkoff durante las décadas que se cobró en el viejo
congreso y la nueva asamblea. Obviamente, ni el candidato ni su partido tenían interés alguno en tales asuntos. Mucho
menos el ministro calderista chiriperico de planificación se ocupo de tan grandioso proyecto durante el largo
periodo que ejerció de gurú económico del fracasado y gris chiriperismo. Posiblemente para ese entonces, la cuidadosa
planificación e impecable ejecución de las patanerías a los periodistas cuyas
preguntas no le complacían, impedían al ministro pensar en tales cosas “sin importancia”. Habría
que ser idiota para no entender que tan tardía y oportunista adopción,
no pasa de un calculo político desesperado. Petkoff Malec proponiendo un fondo de “ahorro”, que acumulase
la mil millonaria regalía petrolera en supuesto de beneficio de las “familias” (colectivista
hasta el final) con la profunda responsabilidad y profesionalismo económico de quien explico que “las cuentas las sacaría
después, si acaso” (así son nuestros ministros de “planificación”) bajo la administración de un
grupo de políticos nombrados por la Asamblea, fuera a terminar en otra cosa que zamuros cuidando carne. En el supuesto
negado de que el candidato llegase realmente al aspirado cargo. ¡Poder se puede! Pero por otro camino, totalmente
diferente al del socialismo de Petkoff o de Chávez, que a pesar de sus diferencias de siglo son, en última instancia, más
de lo mismo. |
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