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Socialismo misionero ... La cuarta república a la quinta potencia














Guillermo Rodríguez G.





3erPolo
















Totalitarismo es la nueva palabra que hemos adoptado
para describir las inesperadas pero inseparables manifestaciones
de lo que en teoría llamamos socialismo.  
 Friedrich A. Hayek

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En Venezuela se vive hoy el establecimiento de un sistema de gobierno que es combinación de la radicalización del socialismo adeco originario, con la tradición caudillista del siglo antepasado. Los adecos originalmente fueron marxistas partidarios de la herejía aprista. Se “moderaron” por la fuerza de lo que llaman ellos “condiciones objetivas” y procedieron a  cambiar lentamente tales condiciones (con ayuda de sus co-gobernantes socialistas cristianos) hasta eliminar todo resquicio de una incipiente institucionalidad republicana, transformando todo derecho individual en graciosa concesión del mandamás, esclavizando el mercado libre bajo la arbitraria y empobrecedora regulación de una incapaz y corrupta burocracia parasitaria, y sometiendo el gobierno multipropósito al libre mercado de la autoridad prostituída por un colectivismo tan irracional como hipócrita.

 

FABRICANTES DE MISERIA

 

El “moderado” socialismo lo que moderó fue la producción de bienes y servicios logrando un crecimiento cada vez más lento del PIB por habitante hasta mediados de los setenta, cuando en medio de los altos precios petroleros y la estatización de esa industria, el PIB por habitante dejó de crecer e inició una caída sostenida que no se ha revertido realmente hasta la fecha. Nuestra población crece más rápidamente que la producción de bienes y servicios, con lo que obviamente se empobrece la mayoría. Pero algunos se enriquecen con ello.

 

Por cerca de medio siglo, de socialismo tuvimos siempre lo suficiente como para que la riqueza dependa únicamente de la cercanía y sumisión al poder gobernante. Privilegios mayores como monopolios, licencias de importación, divisas preferenciales y créditos blandos, bajo el manto de la “sustitución de importaciones” (la “economía endógena” de “producción social” de entonces). Y privilegios menores en el creciente número de empleos y contratitos  menores de un Estado en constante, inútil y parasitario crecimiento. Economía de mentira en que en lugar de transarse bienes y servicios se negocia la arbitrariedad y los votos comprados o robados.

 

Pero como el socialismo reparte pero no produce, los marginados que se quedan por fuera crecen más rápidamente que la decreciente riqueza a repartir... Y hoy son la base de sustentación electoral de un “nuevo” socialismo misionero que transfirió el privilegio menor de una clase media estatista minoritaria y costosa, a mayorías marginadas cuyos votos son más baratos por unidad. Los caídos de la gracia del presupuesto público, pretenden oponerse histéricamente a la radicalización del socialismo que construyeron y usufructuaron, por la “fuerza” de su  ignorante arrogancia, desorden, dispersión, irracionalidad, e inmediatismo aderezados de mitología mágico-religiosa de la “nueva era”.

 

Ante eso, es necesario romper radicalmente con el entramado de viejos privilegios decadentes y nuevos privilegios nacientes. Porque el socialismo venezolano -que se inicia como doctrina política dominante con el golpe criminal del 18 de octubre de 1945-  con sus altibajos  logró profundizarse cada década más que la anterior. Y como el socialismo únicamente es capaz de producir pobreza, en la medida que tengamos más socialismo, tendremos más pobreza... y en la medida que el poder y la riqueza se concentren en un gobierno dominado por cada vez menos personas... más groseras serán las desigualdades.

 

CAMINO DE LIBERTAD

 

La solución es desandar el camino del empobrecimiento y la destrucción institucional para construir una república liberal en que la riqueza sea resultado del exitoso servicio a los consumidores por la inventiva, inteligencia y trabajo honesto. Y el gobierno se limite a sus hoy abandonadas funciones naturales de defensa de vidas y propiedades. La transición pacifica y ordenada del socialismo empobrecedor radicalizado al capitalismo popular venezolano dependerá de transferir la inmensa riqueza mercantil usurpada en décadas de socialismo creciente, del Estado a la población, a todos y cada uno. Pero para eso hay que construir primero un verdadero movimiento político organizado y disciplinado, que traduzca la doctrina liberal en los términos de nuestra idiosincrasia nacional hasta donde ello es posible, conveniente y necesario.

 

No hay atajos capaces de lograr mañana lo que solo la claridad doctrinaria, el trabajo político sistemático, la disciplina, la dedicación y el sacrificio de años pueden lograr. Que otro socialismo derrote al actual, como el actual derrotó al del pasado, puede tardar lo de la última vez: 40 años (décadas más, décadas menos) y sin duda produciría un sistema de gobierno aún peor. Eso no es salida. La salida pasa por la derrota conceptual, cultural y política del socialismo en los corazones, mucho más que en las mentes, de la mayoría de los venezolanos.  Esto es sustituir la envidia oculta bajo el manto de la igualdad, por el valor de la libertad que se traduce en prosperidad para todos, en la medida de sus reales capacidades y preferencias. Pero son muchos los que temen más la competencia abierta que la esclavitud misma, con lo que son esclavos de su ignorancia y temor.

 

LA VERDAD Y SUS ENEMIGOS

 

Hay seres humanos que abrazan la verdad cuando la encuentran y desechan felizmente todo error previo que hubieran oscurecido su entendimiento. No dejan con tristeza el error...  reciben con alegría el conocimiento. Pero son minoría. Otros, de hecho la mayoría, rechazan con desesperación la verdad si la encuentran, abrazan con desesperación sus errores y llegan acaso a transigir en algo con la verdad... únicamente cuando logran “encajarla” artificiosamente en sus mentiras y temores. El odio por la verdad es tal entre los “intelectuales” de ese tipo, que niegan su existencia negando la realidad misma. Así de fuerte es el apego de algunos seres humanos al error. Y así como la causa de los mayores males que ha padecido la humanidad es la mentira entronizada, que llamamos ignorancia, las causas de que la mentira se entronice democráticamente son la envidia y el temor.

 

Pero aún las personas más reacias a la verdad, pueden eventualmente aceptarla completa. Con enorme dificultad y muy lentamente pues cada nueva idea cierta que “encajan” en su  “sistema” desplaza un error. Eventualmente es posible que se desplace la inmensa mayoría de los errores y la verdad ilumine dolorosamente tales mentes. Aunque es lento, difícil y arriesgado el camino, la verdad se impondrá. Pero no por su “propio peso” –es muy ligera para eso- debe imponerse por el esfuerzo cultural y político organizado y disciplinado de quienes la abrazan y difunden. Y el problema no es lo largo del camino... es lograr que sean cada día más los que den el primer paso... muchos más que los que abandonan el camino. Lograr eso finalmente, es el verdadero principio. Y es solo el principio.
















3erPolo

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